Italia (segunda parte)

Italia (segunda parte).

Post n°91 pubblicato il 03 Marzo 2009 da viajera67

Tumbes, entre Perù y Ecuador. Septiembre del 2002. (segunda parte).

En Italia el movimiento fue aún más fuerte: empezó a final del ’67, con la ocupación de las Universidades (Roma, Trento, Milan). En el ’68 el primer gran conflicto armado entre policía y estudiantes en Roma, a Valle Giulia, en la facultad de Arquitectura. Se vieron los estudiantes de clase media atacados con porras y lacrimógenos por parte de la policía de Estado. Pier Paolo Pasolini, intelectual marxista declaradamente homosexual, sostuvo que en aquella ocasión se vio un conflicto de clase entre los burgueses-privilegiados estudiantes universitarios y los policías proletarios vestidos de uniforme.

El sesenta y nueve fue el verdadero año revolucionario, en Italia. El “otoño caliente”. Los estudiantes de clase media se juntaron a los obreros de las fábricas que pedían mejores condiciones de vida y de trabajo. Lo que se quería estudiar en las Universidades no eran sólo los clásicos latinos y griegos, se rechazaba un estudio abstracto y “acrítico”. Si un derecho no es para todos ya no es un derecho, es un privilegio. Y la gente escupía sobre sus privilegios que ataban más que mil cadenas.

Surgieron varios grupos extraparlamentarios de la izquierda revolucionaria. Durante diez años, en Italia, las mujeres, los obreros, los estudiantes, los homosexuales, bajaron a la calle para pedir derechos, no privilegios. La situación era crítica. El mismo Partido comunista no podía controlarla. La izquierda radical cuestionó la estructura del partido y el mismo papel de la Unión Soviética que otorgaba derechos (casa, salud, trabajo) y quitaba libertades.

Los tanques soviéticos invadieron Budapest en el ’56, Praga, en el ’68; las purgas estalinistas, marcaron profundamente la conciencia revolucionaria de la izquierda europea. Queremos un comunismo del rostro humano. Como Ustedes saben en España no pasaba nada, o casi nada, porque seguía la dictadura de Francisco Franco, que murió en la cama el 26 de noviembre del 1975.

 En Italia seguía gobernando el partido católico, la Democracia Cristiana, con el apoyo exterior de los Estados Unidos y del Vaticano. En los años ’70 el movimiento feminista fue realmente muy fuerte. En el país que tiene la Ciudad del Vaticano en su misma capital, en el ’74 se aprueba la ley para el divorcio y en el ’78 la ley para el aborto con dos referéndum que dividieron la opinión pública nacional. La mas fuerte fue, claramente, la ley para el aborto. Desde el ’78 cualquier mujer que no quiera un embarazo puede recurrir a una estructura pública, a un hospital, y GRATUITAMENTE tiene derecho a una interrupción voluntaria de su embarazo.

Desde esta fecha los abortos han disminuido drásticamente. La campaña de prevención ha sido muy fuerte. En Italia se encuentran condones en cada esquina: todo el mundo los utiliza para prevenir abortos y enfermedades contagiosas. Hoy en día en Italia ninguna mujer muere para un embarazo no deseado. Al mismo tiempo hay bastante libertad sexual y cada cual elige su estilo de vida. Los grupos políticos y sociales de gays y lesbianas son muy visibles, para que no haya discriminación por orientación sexual. En el ’94 cambió la ley electoral que antes era proporcional y ahora es mayoritaria. Desde entonces, durante las elecciones se forman dos coaliciones: una de centro-izquierda otra de centro-derecha.

Desde el ’89, desde la caída del muro de Berlín, el partido comunista tuvo una crisis profunda y se formó un Partido Democrático de la Izquierda, más reformista; y Refondación comunista, más radical y fiel en la salvaguardia de los derechos de los obreros, de las mujeres, de los homosexuales, de los jóvenes. En el ’94 hubo el primer gobierno Berlusconi, de centro derecha y la primera cosa que hizo fue instituir un Ministerio de la familia y atacar las leyes sociales como el divorcio, el aborto, las libertades sexuales.

 En el ’96 hubo una crisis de gobierno y, por primera vez en la historia, el país fue gobernado por un partido de centro izquierda, el Partido Democrático de Izquierda. Su política social fue mas de centro que de izquierda y su crisis se agravó con el apoyo a la guerra en la ex Yugoslavia. Desde el 2000 en Italia hay un gobierno de centro derecha, con Silvio Berlusconi como primer ministro. Esta vez la derecha ha vuelto con su rostro realmente neoliberal y está intentando quitar, poco a poco, todo los derechos que el pueblo ha conseguido durante cuarenta años de su historia.

Conozco bastante poco de la realidad latino-americana, y lo que aprendo, lamentablemente, confirma mis ideas sobre la dificultad, en vuestro país, de hacer política, de pedir derechos, de luchar para mejorar las condiciones generales de vida de la gente. La falta de medios, de cultura, de perspectivas futuras hacen que el individualismo sea dueño de nuestras vidas, que es difícil organizarse sindicalmente porque la miseria y la inseguridad controlan nuestros deseos.

En Italia los movimientos sociales y políticos de izquierda lucharon, durante cuarenta años para el derecho a la cultura, a la política, a vivir una vida diferente. La ideología de izquierda, en la Europa occidental, es diferente a la que Ustedes tienen (o han tenido) en Latino América porque el desarrollo económico cambia mucho la vida y la mentalidad de la gente. La misma estructura social es diferente. Lo que llama la atención, cuando se llega a Europa, es la presencia de una “clase media” gente que tiene dinero, pero no le sobra. Claramente hay “ricos” y “pobres”, como en todas partes del mundo, pero estas diferencias no son tan marcadas como aquí, en Latino América.

Necesitamos distinguir entre “clase media intelectual” y “clase media económica”. Una persona puede tener dinero, casa con piscina, puede ir a cualquier agencia de viaje y reservar un vuelo para Singapore o Taiwan, pero si no tiene cultura, si no conoce a Cortazar, Benedetti, Marcuse, Marquez o Fromm, si todo, en su vida, ha sido mediado por la plata, esta persona es pobre intelectualmente, y ve el mundo como si de una gran impresa se tratase. Pero hay cosas que la plata no puede comprar, aunque, como Ustedes saben, tener dinero ayuda a mejorar la calidad de la vida.

 Pero si una persona ha vivido con pocos recursos económicos si ha invertido su tiempo y su dinero en cultura, si ha pensado que era mejor tener dos hijos que siete, si a estos hijos les ha permitido ir a la Universidad, viajar, relacionarse intelectualmente con la gente que tiene recursos y sueños, y casa con piscina, esta gente ha roto un circulo vicioso y ha revolucionado su estilo de vida.

 En Europa esto fue posible no sólo gracias al desarrollo económico. Tenemos que agradecer los movimientos políticos y sociales de izquierda que dieron conciencia y dignidad a la gente y permitieron mejorar sus condiciones de vida. Si tenemos testadas nucleares que pueden destruir la vida del planeta, entonces pedimos hospitales, escuelas, bibliotecas, cines y centros culturales para nuestros hijos.

 Últimamente todo esto está cambiando, hasta en los países “desarrollados”. En Europa gobierna la derecha: Berlusconi en Italia, José María Aznar en España, Chirac en Francia, Bush en los Estados Unidos. Los recursos del planeta son limitados, es imposible otorgar derechos y privilegios para todos. Necesitamos guerras continuas (Irak, ex Yugoslavia, Afganistan, Medio Oriente), para controlar socialmente, económicamente y políticamente el mundo entero. Necesitamos marcar la diferencia entre ricos y pobres, países del “Primer” y del “Tercer Mundo”, “Desarrollados” y en “Vía de Desarrollo”.

Como diría el economista J.Mayer Keynes necesitamos un “ejercito industrial de reserva”, millones de personas que no tengan trabajo y lo necesiten, para pagarles salarios de miseria, para chantajearlos sindicalmente, socialmente, políticamente. Necesitamos que esta gente no estudie, no se informe, no se organice para que la podamos controlar como nos guste.

En Europa se están formando Empresas de Trabajo temporal que “alquilan” un trabajador por horas y lo despiden cuando no lo necesitan. Esta cosa rara se llama “flexibilidad laboral”. Tienes que estar disponible las 24 horas del día, si no trabajas no comes y si te enfermas no tienes derecho a un cuidado médico.

Si eres un sindicalista o una persona crítica estas empresas no te llamarán nunca; estamos hablando del “Neoliberalismo” y de la “Globalización”: vales cuanto produces. Vives en un sistema de privilegios hasta que aceptes las reglas del juego. Si hay una guerra, la apoyas; si despiden a alguien, te callas.

Hoy en día, hasta en Europa, cultura, trabajo y salud están siendo privilegio de pocos. Por estas razones miles de jóvenes han bajado a la calle, en estos últimos años, para decir que están en CONTRA de la globalización, que quieren cultura, derechos y privilegios para todos. La represión del Estado ha sido durísima, pero ellos siguen allí, luchando para construir un mundo de valores. En Italia ahora se están movilizando contra la guerra en Irak. Pensar globalmente, actuar localmente; un mundo diferente es posible. Esto es lo que dicen, esto es lo que hacen.

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Italia (segunda parte)

Italia (segunda parte).

Post n°91 pubblicato il 03 Marzo 2009 da viajera67

Tumbes, entre Perù y Ecuador. Septiembre del 2002. (segunda parte).

En Italia el movimiento fue aún más fuerte: empezó a final del ’67, con la ocupación de las Universidades (Roma, Trento, Milan). En el ’68 el primer gran conflicto armado entre policía y estudiantes en Roma, a Valle Giulia, en la facultad de Arquitectura. Se vieron los estudiantes de clase media atacados con porras y lacrimógenos por parte de la policía de Estado. Pier Paolo Pasolini, intelectual marxista declaradamente homosexual, sostuvo que en aquella ocasión se vio un conflicto de clase entre los burgueses-privilegiados estudiantes universitarios y los policías proletarios vestidos de uniforme.

El sesenta y nueve fue el verdadero año revolucionario, en Italia. El “otoño caliente”. Los estudiantes de clase media se juntaron a los obreros de las fábricas que pedían mejores condiciones de vida y de trabajo. Lo que se quería estudiar en las Universidades no eran sólo los clásicos latinos y griegos, se rechazaba un estudio abstracto y “acrítico”. Si un derecho no es para todos ya no es un derecho, es un privilegio. Y la gente escupía sobre sus privilegios que ataban más que mil cadenas.

Surgieron varios grupos extraparlamentarios de la izquierda revolucionaria. Durante diez años, en Italia, las mujeres, los obreros, los estudiantes, los homosexuales, bajaron a la calle para pedir derechos, no privilegios. La situación era crítica. El mismo Partido comunista no podía controlarla. La izquierda radical cuestionó la estructura del partido y el mismo papel de la Unión Soviética que otorgaba derechos (casa, salud, trabajo) y quitaba libertades.

Los tanques soviéticos invadieron Budapest en el ’56, Praga, en el ’68; las purgas estalinistas, marcaron profundamente la conciencia revolucionaria de la izquierda europea. Queremos un comunismo del rostro humano. Como Ustedes saben en España no pasaba nada, o casi nada, porque seguía la dictadura de Francisco Franco, que murió en la cama el 26 de noviembre del 1975.

 En Italia seguía gobernando el partido católico, la Democracia Cristiana, con el apoyo exterior de los Estados Unidos y del Vaticano. En los años ’70 el movimiento feminista fue realmente muy fuerte. En el país que tiene la Ciudad del Vaticano en su misma capital, en el ’74 se aprueba la ley para el divorcio y en el ’78 la ley para el aborto con dos referéndum que dividieron la opinión pública nacional. La mas fuerte fue, claramente, la ley para el aborto. Desde el ’78 cualquier mujer que no quiera un embarazo puede recurrir a una estructura pública, a un hospital, y GRATUITAMENTE tiene derecho a una interrupción voluntaria de su embarazo.

Desde esta fecha los abortos han disminuido drásticamente. La campaña de prevención ha sido muy fuerte. En Italia se encuentran condones en cada esquina: todo el mundo los utiliza para prevenir abortos y enfermedades contagiosas. Hoy en día en Italia ninguna mujer muere para un embarazo no deseado. Al mismo tiempo hay bastante libertad sexual y cada cual elige su estilo de vida. Los grupos políticos y sociales de gays y lesbianas son muy visibles, para que no haya discriminación por orientación sexual. En el ’94 cambió la ley electoral que antes era proporcional y ahora es mayoritaria. Desde entonces, durante las elecciones se forman dos coaliciones: una de centro-izquierda otra de centro-derecha.

Desde el ’89, desde la caída del muro de Berlín, el partido comunista tuvo una crisis profunda y se formó un Partido Democrático de la Izquierda, más reformista; y Refondación comunista, más radical y fiel en la salvaguardia de los derechos de los obreros, de las mujeres, de los homosexuales, de los jóvenes. En el ’94 hubo el primer gobierno Berlusconi, de centro derecha y la primera cosa que hizo fue instituir un Ministerio de la familia y atacar las leyes sociales como el divorcio, el aborto, las libertades sexuales.

 En el ’96 hubo una crisis de gobierno y, por primera vez en la historia, el país fue gobernado por un partido de centro izquierda, el Partido Democrático de Izquierda. Su política social fue mas de centro que de izquierda y su crisis se agravó con el apoyo a la guerra en la ex Yugoslavia. Desde el 2000 en Italia hay un gobierno de centro derecha, con Silvio Berlusconi como primer ministro. Esta vez la derecha ha vuelto con su rostro realmente neoliberal y está intentando quitar, poco a poco, todo los derechos que el pueblo ha conseguido durante cuarenta años de su historia.

Conozco bastante poco de la realidad latino-americana, y lo que aprendo, lamentablemente, confirma mis ideas sobre la dificultad, en vuestro país, de hacer política, de pedir derechos, de luchar para mejorar las condiciones generales de vida de la gente. La falta de medios, de cultura, de perspectivas futuras hacen que el individualismo sea dueño de nuestras vidas, que es difícil organizarse sindicalmente porque la miseria y la inseguridad controlan nuestros deseos.

En Italia los movimientos sociales y políticos de izquierda lucharon, durante cuarenta años para el derecho a la cultura, a la política, a vivir una vida diferente. La ideología de izquierda, en la Europa occidental, es diferente a la que Ustedes tienen (o han tenido) en Latino América porque el desarrollo económico cambia mucho la vida y la mentalidad de la gente. La misma estructura social es diferente. Lo que llama la atención, cuando se llega a Europa, es la presencia de una “clase media” gente que tiene dinero, pero no le sobra. Claramente hay “ricos” y “pobres”, como en todas partes del mundo, pero estas diferencias no son tan marcadas como aquí, en Latino América.

Necesitamos distinguir entre “clase media intelectual” y “clase media económica”. Una persona puede tener dinero, casa con piscina, puede ir a cualquier agencia de viaje y reservar un vuelo para Singapore o Taiwan, pero si no tiene cultura, si no conoce a Cortazar, Benedetti, Marcuse, Marquez o Fromm, si todo, en su vida, ha sido mediado por la plata, esta persona es pobre intelectualmente, y ve el mundo como si de una gran impresa se tratase. Pero hay cosas que la plata no puede comprar, aunque, como Ustedes saben, tener dinero ayuda a mejorar la calidad de la vida.

 Pero si una persona ha vivido con pocos recursos económicos si ha invertido su tiempo y su dinero en cultura, si ha pensado que era mejor tener dos hijos que siete, si a estos hijos les ha permitido ir a la Universidad, viajar, relacionarse intelectualmente con la gente que tiene recursos y sueños, y casa con piscina, esta gente ha roto un circulo vicioso y ha revolucionado su estilo de vida.

 En Europa esto fue posible no sólo gracias al desarrollo económico. Tenemos que agradecer los movimientos políticos y sociales de izquierda que dieron conciencia y dignidad a la gente y permitieron mejorar sus condiciones de vida. Si tenemos testadas nucleares que pueden destruir la vida del planeta, entonces pedimos hospitales, escuelas, bibliotecas, cines y centros culturales para nuestros hijos.

 Últimamente todo esto está cambiando, hasta en los países “desarrollados”. En Europa gobierna la derecha: Berlusconi en Italia, José María Aznar en España, Chirac en Francia, Bush en los Estados Unidos. Los recursos del planeta son limitados, es imposible otorgar derechos y privilegios para todos. Necesitamos guerras continuas (Irak, ex Yugoslavia, Afganistan, Medio Oriente), para controlar socialmente, económicamente y políticamente el mundo entero. Necesitamos marcar la diferencia entre ricos y pobres, países del “Primer” y del “Tercer Mundo”, “Desarrollados” y en “Vía de Desarrollo”.

Como diría el economista J.Mayer Keynes necesitamos un “ejercito industrial de reserva”, millones de personas que no tengan trabajo y lo necesiten, para pagarles salarios de miseria, para chantajearlos sindicalmente, socialmente, políticamente. Necesitamos que esta gente no estudie, no se informe, no se organice para que la podamos controlar como nos guste.

En Europa se están formando Empresas de Trabajo temporal que “alquilan” un trabajador por horas y lo despiden cuando no lo necesitan. Esta cosa rara se llama “flexibilidad laboral”. Tienes que estar disponible las 24 horas del día, si no trabajas no comes y si te enfermas no tienes derecho a un cuidado médico.

Si eres un sindicalista o una persona crítica estas empresas no te llamarán nunca; estamos hablando del “Neoliberalismo” y de la “Globalización”: vales cuanto produces. Vives en un sistema de privilegios hasta que aceptes las reglas del juego. Si hay una guerra, la apoyas; si despiden a alguien, te callas.

Hoy en día, hasta en Europa, cultura, trabajo y salud están siendo privilegio de pocos. Por estas razones miles de jóvenes han bajado a la calle, en estos últimos años, para decir que están en CONTRA de la globalización, que quieren cultura, derechos y privilegios para todos. La represión del Estado ha sido durísima, pero ellos siguen allí, luchando para construir un mundo de valores. En Italia ahora se están movilizando contra la guerra en Irak. Pensar globalmente, actuar localmente; un mundo diferente es posible. Esto es lo que dicen, esto es lo que hacen.

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Republica.

Madrid, mayo del 2008.

República

Corría el año ’77 en España y un pueblo entero se sentía libre de manifestar contra un régimen que había quitado color a la vida de la gente. Se había soñado en blanco y negro durante cuarenta años. Franco había muerto en la cama. Nadie lo había matado con sus piedras, sus manos, sus fusiles. Nadie lo había colgado de pies, como se cuelga un cerdo, símbolo de un poder que oprime, que humilla, que aplasta.

Mussolini había sido justiciado en Milán, en la misma plaza Loreto. El “DUCE”, el hombre de la conquista de Abisinia, del pacto de acero con el fürer, moría colgado de pies con su amante, Claretta Petacci, en el mismo lugar donde unos meses antes veinticinco antifascistas habían dado sus vidas por la libertad.

Hacía frío en Madrid, era noviembre, pero la gente salía por la calle a festejar. Fuese como fuese, Franco había muerto. La gente soñaba con la República. La heroica república española que había resistido durante tres años a los bombardeos de media Europa.

La guerra civil española fue un símbolo para todos los antifascistas que llegaron desde los rincones más perdidos del mundo a defender un sueño de libertad perdido. Comunistas, trotskistas, católicos, anarquistas y liberales, se juntaron a las brigadas internacionales, a las milicias antifascistas para defender un pueblo en lucha por su libertad.

Murieron de pies soñando un mundo lleno de colores. Se festejaba por las calles de Madrid, de Bilbao, de Barcelona, de Cádiz. Se soñaba la República. El pueblo podía volver a ser soberano y dueño de su propio destino. Dolores Ibarruri podía volver a abrir las celdas de las prisiones franquistas.

Se luchaba por la Amnistía y por un cambio de régimen. Santiago Carrillo se quitó su peluca, el PCE fue legalizado pero ya no se habló más de República. La España volvía a ser una Monarquía, y la Casa Real símbolo de la soberanía del pueblo español.

En Madrid, en la Ronda de Valencia los estudiantes luchaban contra todos los opresores y soberanos del mundo, contra toda la falta de color que los había acompañado desde la cuna. No sabían que era la libertad, nunca se habían despertado con ella, pero luchaban para defenderla. La policía abrió el fuego. Dos de ellos, dejaron su sangre por las calles de la ciudad.

En Italia se proclamó la República. El primer articulo de la constitución afirma que el pueblo es soberano y los niños lo aprenden de memoria cuando tienen cinco, seis años. No saben que significa, pero un día, paseando por las calles de Milán, aparcando en la centralísima plaza Loreto, lo aprenderán.

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Secreto

Secreto.

Lima, mayo del 2005.

Describa un diálogo entre dos personas que tienen un secreto. No revele el secreto pero haga que el lector lo intuya. Propósito es dar a los personajes la libertad de hablar.

Recibí un día una llamada de Roberta, mi mejor amiga: “Hola Carla, ¿Qué tal?” . “Roberta, ¡Qué sorpresa! ¡Hace un siglo que no se’ nada de ti! Cuéntame: ¿cómo estas? ¿Cómo te van las cosas?”. “Bien, amiga, te doy una noticia de primera: ¡El próximo mes me caso!”. “¿Te casas? ¡No me lo puedo creer! De veras, me has dejado helada. ¡Sabía que estabas con alguien pero no creía que fuera para tanto! Cambian las cosas, ¿eh?” “Claro qué cambian. ¡Ahora faltas sólo tú!” “Tampoco te pases. Dime: ¿Quién es el afortunado? “Es Franco, lo conoces!” “Francoooo?”. “Sí, Franco! ¡El que tiene la ferretería al lado de la casa de tu mamá!”. “Ah, no, amiga, ¡Ustedes están locos!”. Y ¿cuándo es el día de la boda?”. “Es el 24, ¿estarás?”. “Creo que sí, pero no cuentes conmigo. Sabes que en agosto siempre me voy de viaje. “. “Sola o con alguien?”. “Curiosa, ¿eh? . Dime: te casas por la Iglesia?”. “Ahí no!. ¡Hasta allí no llego! “Bueno, ¡a esta altura! Ya que cambiaste…”. “Hay cosas que no pueden cambiar, lo sabes”. “¿Cómo qué?. “Dejémoslo…”. “Te felicito, en todo caso. ¿Y le jurarás amor eterno?”. “Sí”. “ Me parto de la risa”. “De veras, amiga. No sabes cuanto me encantaría que estuvieses aquí, conmigo…”. “Si lo dices por la boda tal vez. Pero no te prometo nada”. “Un abrazo muy fuerte”. “Otro para ti”.

Me quedé sola, pensando en Roberta y Franco, a dos grandes amigos de mi infancia. Llevaba tiempo sin verlos, y ahora la noticia de su matrimonio. No sabía si alegrarme, reírme o preocuparme. ¿Roberta sabía de lo de Franco?.

Franco e yo fuimos amigos, cómplices, alguna vez intentamos incluso ser amantes, pero no lo conseguimos. Franco no podía estar con ninguna mujer y abrazándome me decía: “Si no puedo estar contigo no podré estar con nadie”. Yo le aconsejaba dejar el pueblo y vivir en una gran ciudad. Pero él tenía miedo: a sí mismo, a su familia, a todo lo que la gente imaginaba de su doble vida. Algunas veces vino a verme en la ciudad en la que estudiaba, en el norte de nuestro país. Allí se sentía libre y feliz: podía seducir a los hombres por las calles, acostarse con alguien que le gustaba, bailar toda la noche en una disco de “ambiente”. Todavía me acuerdo de la última vez que lo vi, cuando nos tomamos un café en un bar de la plaza. Me dijo que quería cambiar ambiente, dirección, estilo de vida. Sentía el peso de los años, y ya no podía fingir más. Su sueño era irse a vivir con un hombre, comprar pantuflas y cortinas para la casa, prepararle la cena el domingo por la noche. Estaba harto de hipocresías, su padre lo presionaba mucho porque quería un nieto, él no podía sostener su mirada, quería irse lejos, desaparecer, no escuchar tonterías sobre su vida privada.

¿Qué había cambiado en él? Me acababa de enterar del matrimonio con mi mejor amiga. ¿Tenía o no el derecho de entrar en sus vidas? ¿Y si Roberta sabía y lo aceptaba? ¿O si no lo sabía y Franco la engañaba? Busqué el teléfono de Franco, tenía que enterarme de lo que le estaba pasando; yo fui su única cómplice durante años. Tal vez estaba solo, desesperado y estaba dispuesto a renunciar a su vida privada. ¿Quién sabe?. Lo llamé:

“Hola Franco, ¿Qué tal? “Carla! ¡Qué sorpresa! ¿Cómo estas?”. “Aquí, en mi casita, extrañándote”. “Yo también te extraño mucho”. “Cuándo vienes a verme?”. “Ya no se’, tantas cosas han cambiado”. “Ya me enteré. Me acaba de llamar Roberta, tu novia”. “Estamos súper bien juntos”. “Me imagino, pero no creía que ibas a llegar hasta el matrimonio. Franco, ¿estas seguro de lo que haces?”. “Cuando converso contigo no tanto”. “Aquí acaban de abrir unas discos de ambiente que te volverían loco”. “No me digas, que me muero de ganas. Contigo no puedo mentir. No sé que hacer, Carla. No me juzgues. De veras, ya no podía seguir así. Estaba perdiendo todo: mis padres, mis amigos, mi vida misma. Con Roberta todo fue diferente.”. “Me imagino. Pero… ¿ella sabe?”. “Mas o menos”. “¿Cómo que más o menos?”. “Creo que sabe y no pregunta nada. Mis padres la adoran…” “¿Y esto que importa? Estamos hablando de tu vida, Franco. No puedes engañarla así.” “¿Tanto te importa ella?”. “Sabes que no soporto el engaño”. “ ¿Estuvieron juntas?”. “Ni me acuerdo, fue hace siglos”. “ “Nunca me lo dijo pero me imaginaba.” “Éramos niñas y ella mi mejor amiga”. “Así empieza todo, ¿no?. “ ¿De veras se casan? ¡No me lo puedo creer! “Tienes que creértelo, así están las cosas”.

Me quedé mirando mi cuarto. Pensé que tal vez no tenía derecho a ir al matrimonio, dudando de sus sentimientos. Ninguno de los dos tenía ganas de hablar de sus vidas anteriores. Y me preguntaba: ¿Tenían vida anterior o habían empezado, juntos, una vida nueva? Pensé en llamar a Roberta pero… ¿para decirle qué? ¿Que lamentaba mucho haberme ido y que ahora podía ayudarla a escoger su vestido de boda? Y ella: ¿hasta cuando esperó mi llegada? Tal vez ahora estaba feliz como nunca lo fue con nadie y no tenía derecho a romper su equilibrio. Vivir en un pueblo y no casarse era como tener encima la mirada de todos. Llevaba años sin verlos y, de repente, sus vidas cruzaron la mía. Fue un día, nada más, porque decidí respectar las apariencias y presentarme al matrimonio como la mejor amiga de los esposos. Fue un día feliz, quien puede negarlo.

Han pasado unos años y ahora tienen una niña que se llama Alexandra, que me llevo de paseo cuando voy a visitarlos. Hay partes oscuras de nuestras vidas que todavía no tocamos. Solo cuando nos despedimos todo se vuelve un poco ambiguo: “Estás muy linda” me dice Roberta, “Tu también” “Te acuerdas de acuella vez en la playa cuando tú y yo… “ “No me digas esto que acaba de llegar tu marido con la niña” “No me cortes… ¿Has visto este rubio que pasa por la calle? Es muy guapo, ¿te parece? ” “¿Es tu amante? “ “Creo el de mi marido, es mas bien su tipo. Espera, se lo preguntamos…”. No, prefiero no saber nada.


Los abrazo y regreso a una gran ciudad, donde escogí vivir. Es fría e impersonal, a veces me espanta. Pero aquí, armándose de valor, las cosas se pueden llamar por su nombre. Tampoco es fácil pero no tengo ganas de llamarlas de otra manera. Es el precio de la libertad. Regreso a mi pueblo de vez en cuando, para ver como crece la niña. Con dos padres así seguro que podrá escoger un futuro mejor.

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Clitoristrix dieci anni dopo…

Clitoristrix dieci anni dopo…. 

Lima, dicembre 2008. Qualcosa sulla nostra storia.

Negli anni novanta la stampa ci definiva la generazione del “post”: post-68, post-77, post-femminismo. Per noi che non avevamo vissuto praticamente nulla sulla nostra pelle, c’era un bisogno impellente di far qualcosa, anche di sbagliato, ma qualcosa di nostro. E fu qui che ci aiuto’ il ministro Ruberti, quando volle privatizzare scuole e universita’. Ritornava, in Italia, l’idea delle vecchie caste indu’ che Gandi aveva abolito con il movimento di liberazione nazionale.

Ma i ragazzi di Palermo dissero di no: volevano fermare il tempo, capire dove ci avrebbe portato quella riforma dell’educazione finalizzata al mercato; avevamo bisogno di romprere gli orologi, studiare antropologia, latino e scienza della comunicazione. E cosi inizio’ a muoversi quel meraviglioso felino chiamato pantera. Ci sorprese il suo colore nero-nero, ma poi divenne rosa, viola, azzurro, rosso, celeste, e di mille altri colori. Oi-oi-oi, la pantera siamo noi… eravamo i quadrupedi che lottavano per la riforma educativa.

Furono anni meravigliosi per chi uccupo’ strade, letti e citta’. Piazza Verdi, a Bologna, era il centro di smistamento delle varie realta’ sociali. La mensa si era trasformata in centro sociale; il “piccolo” era l’esotico bar dell’angolo; la caffetteria del 25, il centro di dibattito e distribuzione di volantini; le varie facolta’, tra cui lettere e filosofia, luoghi di incontro e di piacere. E, quando il movimento stava rientrando nella normalita’, un po’ per noia, un po’ per caduta libera, un grupo di compagni decise di occupare una biblioteca in via Zamboni. E sorse il mitico 36.

Si studiava, si fumava, si pulivano i cessi, si pomiciava, ci si riuniva. Nacque una nuova forma di impegno politico, la nostra meta era “creare e organizzare”il 36, simbolo di oasi, e metafora del mondo intero. Era una grande sfida: condividere la nostra esperienza con persone non particolarmente impegnate, oscillanti come il vento. Una convivenza dura, piacevole, e complicata. Ma pensavamo che il gioco valesse la candela.

Avevamo un posto nostro da auto-gestire, la nostra meta finale era creare un mondo libero, ma noi: eravamo liberi davvero?? Sui muri dei cessi iniziavano a comparire le varie scritte sessiste; i cazzi non mancavano mai (di profilo, di traverso, perpendicolari, obliqui); e i numeri di telefono di quella zokkolen che “gliela dava un po’ a tutti” eccetto al pinco-pallino di turno. Va be’. E un giorno un altro deficiente propose una legge per legittimare la violenza alle donne perche’, come era proibito proibire, non si potevano censurare neanche le cavolate. E quando si proponevano dibattiti sul movimento gay, allora i compagni mormovano come il Piave: ne’ coi fascisti ne’ coi froci. Duri e puri fino alla morte… ma che morte, poi?

E un giorno, mentre andavo a studiare al 36, lessi una scritta sul muro: riunione del collettivo femminista. Mi fermai a pensare: collettivo femministaaaaa???? Avevo pomeriggio libero, per cui decisi di varcare la soglia, entrai nell’aula e mi sedetti in un angolo ad osservare. Vidi una tal Franca che scriveva un volantino, Carla che cercava una canna, l’imbranata di Francesca che si aggiustava il reggiseno, la mitica Venere che gridava in turco, e la trasgressiva Vittoria che proclamava l’amore libero. Fui intrappolata da tanta varieta’, e decisi di entrare a far parte della band.

Molte di noi venivamo dalla politica mista e, anche se la criticavamo, ne avevamo assimilato i contenuti e le metodologie. Altre non avevano un percorso politico definito, erano piu’ fresche, piu’ ingenue ma anche piu’ vulnerabili. C’era chi stava con le donne, chi stava con gli uomini, chi stava con tutt’e due, e c’era pure chi stava da sola. Il gruppo che creo’ il collettivo femminista, chiamato in seguito Lilith-luna nera, veniva dall’esperienza rifondarola. Erano fanciulle molto meticolose, forse troppo tecniche e “gelide” per i nostri gusti, ma ci insegnarono un sacco di cose. .

I compagni con i quali lottavamo gomito a gomito, iniziarono subito a dare i primi segni di squilibrio. Dai sorrisetti, alle frasi mozzate, si arrivo’ agli attacchi verbali e agli insulti; poi iniziarono a riempire il nostro centro di preservativi, assorbenti e immagini porno. Erano come dei cani impazziti che pisciavano per riconquistare il loro territorio perduto.

E dopo gli attacchi dei maschi, vennero quelli ancora piu’ terribili delle altre donne: le femministe storiche, le dure e pure, quelle che si spezzano ma non si piegano. Loro avevano vissuto praticamente tutto, dall’auto-coscienza all’auto-censura, quando noi eravamo ancora in fasce. Venne in mente proprio a me di chiedere loro un contributo per il nostro collettivo. volevamo sapere cos’era il separatismo? Che andassimo in biblioteca a consultare le sacre scritture!! Volvevamo un consiglio su come continuare col gruppo? Non ce n’era bisogno: saremmo morte in un batter di ciglia. Codesta spocchia mi sconvolse l’anima e chiesi consiglio alle amiche rifondarole: “qui si va avanti, mi dissero, costi quel che costi”. Fu la spinta necessaria per il gruppo. Benedette donne, chissa’ dove saranno ora.

E il collettivo inizio’ a crescere, e ad espandersi a macchia d’olio. Non credo che fosse tutto merito nostro, ci trovammo in una congiuntura favorevole. Tanto che le femministe dure e pure, quelle di cui sopra, iniziarono a scendere a valle munite di canna. Appena veniva fuori una donna preparata, loro la circondavano, la imbalsamavano e…zack… con l’esca, cercavano di portarla al loro affascinante gruppo. Qualcuna cadde nella trappola, qualcun’altra oscillo’ sino a perdere i sensi, qualche mosca bianca ebbe persino il coraggio di dire di no a quel corteggiamento mozza-fiato.

E noi crescevamo e crescevamo, e non sapevamo piu’ come fare per stare tutte assieme. Parlava Angelica, rispondeva Sandra, sintetizzava Alessandra, interpretava Giulia, protestava Simona…. stavamo diventando una torre di babele per cui ci dividemmo in sotto-gruppi e cercammo un capo o, per meglio dire, una capa. Ma eravamo un gruppo anarco-comunista, e le rifondarole furono costrette ad andar via prima che la purga radikal-shick le travolgesse come un tsunami.

Ma prima che tutto cio’avvenisse, sentimmo la necessita’ di cambiare noi stesse, prima di cambiare il mondo. Fu una sensazione oserei dire orgasmica, che ci duro’ anni. Un’idea di trasparenza e di coesione, di coraggio e di rottura sociale. Come spiegare?? Iniziammo ad essere importanti le une per le altre, a dirci le cose in faccia, ad affrontare le differenze, a correggere i nostri difetti, a cercare di scrivere un volantino, organizzare un’assemblea, controllare il servizio d’ordine.

La nostra era una comunicazione trasversale, diventammo radicali col tempo. All’inizio ci fu bisogno di molta pazienza, anche se non mancarono mai, persino tra di noi, le dinamiche di potere. C’era chi si occupava dell’organizzazione del gruppo, chi preferiva l’autocoscienza e chi pensava al te’ con biscotti, da prendere la domenica, con un gruppo di amiche. In ogni caso tutte noi ampliammo la nostra capacita’ d’amare e di criticare, sino a quando le nostre strade si divisero.

Accadde tutto all’improvviso. Io andai a Barcellona a finire la mia tesi, le rifondarole ritornarono in Svizzera, ci fu un cambio generazionale ed emersero nuove esigenze di lotta. La nostra vecchia maniera di far politica risulto’ obsoleta. Sul lettino psicanalitico non stendemmo piu’ solo il nostro corpo, ma ispezionammo il nostro principale strumento di piacere: la clitoride. Nominarla fu come darle nuova vita, e le bakkettone di cui sopra, compresa la sottoscritta, dovettero fare un passo indietro per dar spazio alle giovani leve.

In tutti questi anni ho sempre seguito le vicende del gruppo, adesso chiamato Clitoristrix. Quando ne parlo con le compagne cilene o uruguaiane, sono costretta a ripeterglielo cinque volte: CLI-TO-RIS-TRIX. Comeeee??? Nooooooo, non clitostrix!!! Madonna, che fatica! Chi avrebbe mai pensato che dieci anni dopo saremmo stante ancora qui insieme, a parlare di noi??

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Caro compagno (prima parte).

Milano, marzo 1997.

CARO COMPAGNO, MA QUANDO MI PARLI…?…RIFLESSIONI SULLA CONDIZIONE DELLA DONNA ALL’INTERNO DELL’AREA DEI CENTRI SOCIALI E DELLE REALTA’ ANTAGONISTE.

Tante donne frequentano i centri sociali: di giorno, di notte, d’estate, d’inverno, col sole e con la pioggia. Piccole e grasse, belle e brutte, bionde e brune, le donne che invadono gli spazi collettivi portano un po’ di colore, di allegria e di serenità all’interno di luoghi non sempre caratterizzati da vero antagonismo politico, sociale o culturale.

Rincorse dai fotografi e giornalisti durante cortei e presidi, rappresentano l’immagine di un movimento che pochi conoscono, e che tanti desiderano riprodurre, almeno in cartolina. Seguono attente assemblee, dibattiti e conferenze perché desiderano informarsi e capire cose che la cultura ufficiale stenta a comunicare… Nei centri sociali si dovrebbe sviluppare un sapere alternativo, critico e non funzionale al sistema, che dovrebbe rivoluzionare tutto, ma proprio tutto, il nostro agire ed il nostro essere.

Le donne cercano risposte alle loro domande, ai loro interrogativi, ai loro problemi quotidiani. Vivono, come gli altri, in una società capitalista, basata sullo sfruttamento delle classi sociali. Ma la contraddizione economica, di marxiana memoria, non é l’unica che si percepisce all’interno della società nella quale si vive. Il potere, non é soltanto quello dei grandi potentati economici, finanziari o militari. Esso si manifesta anche all’interno di una cultura falsamente efficientista, difficile da rimuovere o da rinnegare… E’ rappresentato da un ipotetico uomo bianco, ricco, forte, sicuro di sè, eterosessuale, possibilmente poligamo, e colto.

Questo non é un modello riprodotto soltanto nelle immagini pubblicitarie o nelle sfilate d’alta moda, ma appartiene ad un vissuto collettivo comune a tutti noi. Invade le nostre menti, condiziona i nostri comportamenti ed assorbe le nostre energie più vive e pulsionali.

All’interno dell’area della sinistra antagonista e dei centri sociali, tante cose, per fortuna, vengono ancora messe in discussione da tanti compagni e tante compagne interessate/i a migliorare l’esistente. Ma tante altre, purtroppo, non vengono sufficientemente analizzate e messe in discussione. Interesse della mia analisi é quello di evidenziare in che modo alcuni atteggiamenti e comportamenti maschili (dei compagni), possano in maniera più o meno diretta, causare una certa inibizione, sia fisica che mentale, delle donne (delle compagne), che frequentano i centri sociali.

Il compito ovviamente non é dei più facili, perché ognuno di noi ha una sua storia da raccontare, a prescindere dal suo sesso di appartenenza. Partiamo dall’analizzare l’atteggiamento dei compagni all’interno dell’area dei centri sociali e, per un momento, lo contrapponiamo a quello delle compagne. Arbitrariamente evidenziamo i difetti degli uni, ed i pregi delle altre, anche se questa mia impostazione potrebbe apparire così poco imparziale ed “obiettiva”. Ma vorremmo partire da noi, dai nostri bisogni, dalle nostre esigenze quotidiane, e descrivervi le nostre tensioni, emozioni ed aspirazioni di sempre. Lo so che la comunicazione non sarà facile, dopo secoli di silenzio; ma vorremmo almeno provare a parlarvi del nostro vissuto, costi quel che costi. E se ancora non avete stracciato questo scritto, allora coraggio, che il bello deve ancora arrivare…

La maggior parte del maschi “liberati” che frequentano i centri sociali, ascoltano musica di tendenza, si colorano i capelli, ed alzano il pugno ad ogni festa comandata, difficilmente hanno elaborato un’analisi complessiva della società nella quale vivono, e che riproduce modelli di comportamento funzionali al sistema. La maggior parte di loro crede comunque di essere più intelligente di qualsiasi donna con la quale si rapporta, e più virile di qualsiasi omosessuale gli capiti a tiro.

Nonostante la loro presunta apertura mentale e la loro patetica tensione emotiva impiegata ad analizzare le dinamiche che producono le discriminazioni contro le donne, stentano davvero a posare il microfono nelle assemblee pubbliche ed a coinvolgere direttamente le compagne nelle azioni politiche… Poi magari ci escono insieme la sera a mangiare una pizza, o a fare due passi in giro per la città, ma questa é un’altra storia, come tutti possono ben immaginare..

Gli uomini si ricordano di essere prigionieri di una cultura patriarcale ed omofoba solo quando il “dovere” li chiama a difendere la patria, ad indossare una divisa, a maneggiare un fucile, e ad obbedire ad ogni stupido comando venga loro impartito. Ma tornati a casa sembra loro “naturale” che mamme, sorelle, compagne ed amiche si prendano cura di loro, poveri fanciulli innocenti, e li accudiscano preparandogli la cena e ricoprendoli di attenzioni.

E se per caso un fratello, compagno, amico o figlio finisce per diventare un detenuto politico, sa per certo che nessuna delle “sue” donne lo abbandonerà mai… Farà tutti i sacrifici possibili ed immaginabili per non saltare nessun colloquio, per trasmettergli un po’ di serenità, per preparare da casa quel buon cibo che tanto potrebbe mancargli in carcere… Anche quando andarlo a trovare significa subire umilianti perquisizioni vaginali ed anali, insulti di ogni genere e sacrifici immani… Le donne sono sempre lì, non si arrendono dinanzi a tali difficoltà… Alcuni compagni, apprezzando così tanto il valore “politico” di queste azioni, ci hanno scritto pure dei libri sopra; dimenticandosi di riservare due parole al fatto che la maggior parte dei detenuti era di sesso maschile (forse, chissà, anche la politica era vissuta al maschile?), e che appena i compagni “finivano nei guai” divenivano “inspiegabilmente” orfani di padre…, chissà per quale strano motivo…

Ma allora, cari compagni, se considerate davvero così tanto “rivoluzionario” preparare pacchi da casa, se apprezzate così tanto le donne che lo fanno e che si sacrificano per i loro “uomini”, allora perché non vi mettere anche voi, qualche volta, dietro ai fornelli, in mezzo alle pentole a preparare una buona cena e qualche bel pacco alimentare a qualche compagno finito dentro? Perché non dimostrate la vostra solidarietà e disponibilità umana ai detenuti politici (e non solo!) in una maniera più diretta e genuina?

Credete di tenerci buone dedicandoci un libro sul nostro coraggio, la nostra forza, la nostra determinazione politica? Noi queste cose le sappiamo già, perché noi donne, la politica, la viviamo ogni giorno. La viviamo nelle case, nelle fabbriche, nelle città. La viviamo con la testa, col corpo e con la mente. E non soltanto quando facciamo assistenza domiciliare ai detenuti politici, quando ciclostiliamo volantini, o quando scendiamo nelle piazze a rivendicare i nostri diritti. La facciamo nel nostro privato, lontano dagli organi di stampa, lontano dalle scadenze programmate e dalle feste comandate… E voi, allora, perché non vi spostate qualche volta dai riflettori, posate il megafono e vi rapportate senza stupide gerarchie a tutti coloro che vi stanno intorno? La rivoluzione non la si fa soltanto con le assemblee, i volantini, e le conferenze stampa. Non la si fa abbandonando le compagne nelle carceri, e neppure urlando quattro slogan a pugno chiuso nei cortei. La si fa ogni giorno, nel silenzio quotidiano, cambiando radicalmente e profondamente la propria mentalità, la propria cultura, le proprie inclinazioni e pulsioni più intime…

La gerarchica cultura maschilista e patriarcale nella quale viviamo rafforza il potere del capo famiglia e del capo tribù, almeno all’interno di un immaginario collettivo. La pericolosa legittimazione di alcune istituzioni sociali che ci riportano indietro in una cultura fascista ed autoritaria sta purtroppo tornando di moda, ed ha rinvigorito le fila di Alleanza Nazionale, di Forza Italia e dei vari partiti conservatori, come tutti ben sanno. Tutto purché ci sia un pastore che guidi questo variopinto e disperato gregge di pecore disperso tra la campagna.

Anche questo é lo specchio di una cultura patriarcale e falsamente efficientista, nella quale le persone comuni e le donne contano sempre di meno, ed i potentati economici ed il potere costituito, sempre di più.

Ma accanto a queste sporche manipolazioni ideologiche, “singolari” per uno stato che ancora oggi si definisce libero e democratico, ce ne sono altre che coinvolgono gli aspetti più intimi e personali degli individui…. I continui attacchi alla legge sull’aborto; gli incentivi economici affinché le donne abbandonino i posti di lavoro e tornino a casa ad accudire figli ed anziani; gli sproloqui contro gay, lesbiche, bisex e quant’altro da parte della Chiesa cattolica e dei partiti conservatori e reazionari; le molestie e le violenze sessuali contro le donne che dopo secoli di oscurantismo bigotto finalmente le si considera reati contro la persona, e non più contro la “pubblica” morale , ecc…

Di tutte queste tematiche ai cari compagni che vanno in giro con Kefia e spillette varie sembra non importi proprio nulla, o almeno così pare. I temi forti rimangono sempre quelli della lotta di classe, dell’internazionalismo proletario e della critica alla politica parlamentare. Eppure le donne, le compagne, prendono sempre di meno la parola nelle assemblee pubbliche, seguono sempre più raramente i dibattiti politici, e si sentono sempre meno rappresentate e coinvolte all’interno dei centri sociali e delle varie realtà di movimento.

Ma questo appare un problema secondario per tanti compagni i quali rispondono che probabilmente alle donne non interessa più di tanto il dibattito politico perché, se volessero davvero avere un ruolo attivo nel movimento, avrebbero spazio a sufficienza per esprimersi. Il microfono é là, l’assemblea é qua, tutti si aspettano che qualcosa debba succedere e che cambi gli schieramenti in campo. Ma nessuno sa bene chi si dovrebbe muovere, cosa dovrebbe dire, e per fare che cosa… Così i problemi appaiono all’orizzonte solo a chi se li vive in prima persona e ne subisce direttamente le conseguenze.

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Caro compagno…

 I compagni non si rendono conto di quanto possa essere castrante, per una donna, prendere la parola in un’assemblea gestita da uomini che intervengono per ore ed ore, e che monopolizzano il dibattito, sia nei contenuti che nelle forme della comunicazione… Quanto possa essere inibente notare che quando le donne parlano, gli altri non le ascoltano, e ne approfittano per scambiarsi qualche commento, qualche ba ttuta, o per uscire fuori a fumare una sigaretta…. Quanto possa essere triste sentirsi escluse dalle conversazioni collettive soltanto perché non ci si é vissute gli storici anni ‘70, e non si é letto nulla sull’argomento… Quanto possa esser patetico e irritante sentirsi chiamare “pischellette”, “giuggiolone”, belle simpatiche ed intelligenti, interessate ad una crescita politica complessiva, però poco stimolanti intellettualmente perché carenti di informazioni utili sui vari argomenti ritenuti “prioritari”….. Quanto possa essere volgare sentirsi escluse di giorno, come persone, e corteggiate di notte, come soggetti pulsionali, quando un compagno si rapporta a te e ti chiede il parere su questo o su quell’altro argomento solo per portarti a letto e dimostrarti la sua virilità, dopo averti “sciorinato” la sua immensa cultura politica…. Che le donne a questo punto smettano di parlare nelle assemblee pubbliche, mi sembra la logica conseguenza di tutto questo e di altro ancora.

 

Che decidano di riunirsi in collettivi di sole donne e finalmente di viversi la politica in maniera diretta, mi sembra la cosa più arricchente del mondo. Perché in questo modo si rendono conto del loro valore come persone e decidono di darsi visceralmente al movimento, senza falsi pudori e senza patetici contentini. Gli uomini ce lo hanno insegnato, il Potere non lo si mendica, ce lo si prende. Così noi donne ci stiamo organizzando per prenderci quello che ci spetta, e per urlare forte la nostra diversità, il nostro coraggio e la nostra rabbia…. Non abbiamo pregiudizi per le diverse forme di amore, per quello lesbico, etero, gay o quant’altro. Ognuno deve essere libero di amare come meglio crede se stesso e gli altri all’interno di una società davvero disposta a mettere in discussione i pilastri del proprio potere costituito. A noi la società (etero)sessista, patriarcale, omofoba e divisa in classi non piace. Se tutto questo non piace neppure a voi, potremmo pensare di discuterne insieme. Se una donna viene stuprata oppure “semplicemente” molestata all’interno di un centro sociale, questo deve mettere tutti, ma proprio tutti, in discussione. Lo stupro non é qualcosa che riguarda solo i collettivi femministi, così come l’aborto, la contraccezione e le discriminazioni sessuali. Di questi temi se ne deve discutere in assemblea generale accanto al no profit, al presidenzialismo, ed alle birre da comprare per la gestione del bar. Che qualcuno consideri lo stupro meno importante dell’ “alta” politica, é semplicemente scandaloso. Che poi tutto questo accada all’interno dei centri sociali é ancora più vergognoso e patetico. E che in seguito a tutto questo le donne decidano di non rapportarsi pubblicamente agli uomini, che smettano di far politica e di viversi la militanza ovviamente rappresenta una perdita significativa per l’intero movimento antagonista. Ma questo é un problema che tanti neppure si pongono, come si può ben intuire… per cui passiamo oltre , e. facciamo qualche esempio concreto.

Un fascista, o un presunto tale, viene sbattuto fuori dai centri sociali a malo modo, anche se é giovane, inesperto e confuso. Un sessista no. Viene legittimato, forse biasimato, in un certo senso anche stimato dai compagni vari. Criticato apertamente mai. Ci si rivolge a lui sempre con un sorriso complice e lo si consola con una pacca sulla spalla. Non gli viene mai richiesta una pubblica messa in discussione, una critica alla sua mentalità bigotta ed ai suoi comportamenti sessisti. Per sbatterlo davvero fuori da un centro sociale occorre che egli abbia fatto qualcosa di grave, di molto, molto grave. Altrimenti tutti sono disposti ad accettarlo ed a giustificarlo su tutta la linea. Si sa, lui in fondo é un maschio, é un uomo che vive visceralmente la propria vita. E’ stimolato a frequentare a testa alta i centri sociali e le varie aree antagoniste perché si, magari é un po’ rozzo, un po’ crudo, ma in fondo in fondo é sempre un compagno, un proletario, una persona che lotta per una giusta causa e che crede nel comunismo.

Le care compagne poi, del resto, devono anche capirli, gli uomini… Si vestono in maniera stravagante, si scatenano ballando sino all’alba, danno confidenza un po’ a tutti, accettano passaggi dagli sconosciuti, sono disposte ad essere ospitate in casa di gente incontrata al bar, e si considerano, in maniera provocante, libere, emancipate e seducenti. E’ naturale quindi che un uomo, un compagno, ci provi con loro. Che faccia loro capire quanto la sua virilità sia forte ed esplosiva e quanto possa essere “eccitante” passare la notte con lui. Deve considerare che la perdita, nel caso in cui lei non accettasse l’invito, sarebbe davvero notevole, ed il rimpianto le potrebbe sconvolgere l’esistenza.

Per questo lui ci prova e ci riprova fino alla nausea. Non é poi vero forse che le donne quando dicono di no in fondo in fondo vorrebbero dire di si? Allora é meglio insistere, così che le stesse compagne si convincono di quello a cui stanno per rinunciare. Non potrà mica pensare che l’uomo che ha di fronte sia poco determinato oppure, peggio ancora, abbia “quelle tendenze lì”? Il potere sessuale é anche potere economico e potere politico. Sempre e comunque capacità di scelta e di gestione del proprio corpo e di quello altrui, del proprio tempo, dei propri spazi, e di quelli degli altri. Per questo i compagni preferiscono essere chiamati stronzi, violenti, sessisti, rozzi ed insensibili, piuttosto che “froci”, “invertiti” o “culattoni”. La sessualità, le proprie intime pulsioni sessuali, sono cose davvero serie, per loro, sono cose per cui ci si gioca la faccia. Credono, in questo modo, di aver scoperto l’uovo di Colombo.

Peccato che si dimentichino troppo spesso che le cose si fanno e si desiderano in due (o in più di due, con più fantasia….). Le donne dovrebbero essere sempre e comunque complici, compagne, amiche ed amanti dei loro meravigliosi giochi erotici e dei loro stupendi incontri pulsionali. Se non lo sono e qualcosa non va per il verso giusto, occorre fermare il tempo, riflettere sul da farsi, e mettersi in discussione. O almeno tentare di farlo.

Per non parlare poi della cultura bigotta e bacchettona, che ancora sopravvive in alcuni spazi collettivi, e che legittima la libertà sessuale solo del genere maschile e non di quello femminile. Se agli uomini piacciono certe pratiche sessuali, ovviamente piacciono anche a noi. Ma quello che i compagni dovrebbero capire é che quando ci si diverte in due, ci si rispetta pure, in due, e questo lo si fa anche a distanza di un mese, di un anno o di un secolo dall’ultimo incontro “intimo”, o “confidenziale” che sia. Questo però molti stentano ancora a fissarlo bene nella loro piccola e fragile scatola cranica…

Io la rivoluzione accanto a voi, cari compagni, non la voglio proprio fare. Non voglio mettermi in gioco per realizzare i vostri sterili progetti di antagonismo e di cooperazione sociale, senza prima aver analizzato bene quali sono i miei reali bisogni e desideri….. Non voglio essere derisa se decido di amare una donna, se pongo degli interrogativi ai quali non so rispondere, se voglio intervenire in assemblea e sono confusa, e non so ben esprimere i vari concetti . Se devo leggere i libri “sacri” del marxismo-leninismo, per analizzare un po’ meglio la società nella quale vivo, vorrei che anche voi vi poneste il problema di affrontare tematiche differenti dalle solite, e vi acculturaste un po’ di più, leggendo libri e confrontandovi sulle dinamiche di potere, sul femminismo, la sessualità, sul controllo demografico, che forse si vivrebbe meglio un po’ tutti …. voi per primi e noi per seconde……

Se fossi stuprata, insultata o molestata, vorrei che ogni uomo, ogni compagno che si definisca tale, interrompesse qualsiasi assemblea di “alta” politica e decidesse di discutere collettivamente la questione. Non voglio solo essere tutelata per la mia testa, per la mia crescita intellettuale, all’interno dell’area dei centri sociali, ma anche e soprattutto per il mio corpo, per i miei desideri più intimi, per le mie pulsazioni più profonde. Io non parlo solo col cervello, con la razionalità: mi esprimo anche attraverso i sentimenti, le incertezze, le tensioni e le sconfitte. Non ve ne siete mai accorti? Eppure non ho mai fatto nulla per nasconderlo, o almeno, così mi pare …

Dovreste iniziare ad imparare anche voi dalle compagne, a guardarle in faccia e ad ascoltare le loro richieste non solo in camera da letto, quando siete eccitati, ci sono le luci soffuse e la musica bassa, ma anche nelle assemblee politiche e nelle riunioni di gestione, quando l’attenzione é rivolta ad altri piani e ad altri soggetti. Che le donne, dopo tante delusione e sofferenze, inizino a fuggire dai centri sociali e dalle aree antagoniste, hanno iniziato ad accorgersene un po’ tutti: dai compagni più attenti a quelli più distratti. Da quelli che desiderano davvero un confronto paritario con le donne e danno loro legittimità politica e dignità sociale, a quelli che semplicemente hanno iniziato ad “andare un po’ in bianco”, e per questo considerano le donne solo un po’ più scarsine dal punto di vista numerico ed un po’ meno disponibili dal punto di vista “pratico”.

Quanti compagni hanno fomentato la loro fama di conquistadores semplicemente parlando a letto, di politica, con tante compagne interessate all’argomento, e quanti altri invece se la son presi con le donne perché “dopo quella notte lì” si ostinavano ancora a chiedere loro informazione sulla gestione tecnica o politica del centro sociale? Libertà sessuale e rapporti non vincolanti non vogliono forse dire che ognuno poi, si comporta come meglio crede, ostentando indifferenza come se nulla fosse accaduto? Che si faccia finta che non ci sia mai incontrati, conosciuti, o desiderati? Quanti bei risolini tra maschietti ad ironizzare sulle varie pratiche sessuali e sul controllo dei corpi altrui….

Questo vi fa davvero sentire belli, intelligenti e virili? Non vi stupite allora del fatto che le donne abbiano difficoltà a prendere un microfono in mano, ad ascoltare per più di dieci minuti sterili e noiosi monologhi collettivi, e che decidano di abbandonare la militanza politica e si rinchiudano nel loro privato. Al di fuori dei centri sociali, la società capitalista e patriarcale penalizza più loro che voi, impone sacrifici immani alle donne, le umilia in mille modi, le costringe a rinunciare al lavoro, allo studio, ad una vita più dignitosa, e voi sembrate non accorgervi proprio di nulla….. Dormite, cari compagni, voi dormite davvero sugli allori!

Teorizzate su tutto, sull’alta finanza, sull’alta politica, sul cambio dei tassi di interesse, sulla caduta tendenziale del saggio di profitto, ma non su voi stessi, sulle vostre paure e le vostre incertezze…. Fingete di non capire che è proprio l’omofobia, la paura delle pulsioni omoerotiche, che vi spinge a dover sbandierare ai quattro venti le vostre conquiste in campo sessuale. Avete forse paura che qualcuno vi consideri diversi da quello che siete? Ed anche se fosse, a chi dovete dimostrare la vostra virilità? A voi stessi o al mondo che vi circonda?

Se a letto ci sapete fare, allora vi immaginate bene a dirigere un’azienda, ad intervenire in ambiti pubblici, o a “tuffarvi” in politica. I microfoni rappresentano la vostra protuberanza fallica, il vostro potere di controllo sociale. Ma avete mai provato a sbobbinare i vostri interventi, a risentirvi quando siete da soli, in camera da letto, con i riflettori spenti, senza nessuna platea disposta ad ascoltarvi? Potreste accorgervi di quanto siete noiosi, banali, ripetitivi ed inconcludenti. Ma questa é un’altra storia, della quale un giorno, forse, si potrà discutere……

Ci siamo anche noi, accanto a voi, cari compagni, se non ve ne siete ancora accorti. Oggi siamo belle, tranquille e responsabili. Domani potremmo essere incazzate, violente ed organizzate. Potreste un giorno risvegliarvi in una società diversa da quella attuale, nella quale le donne sono al potere e che potrebbero fare a voi ciò che voi “distrattamente” oggi fate a noi.

Immaginate un po’. Il 90% delle donne in Parlamento, donne leader, imprenditrici, manager, con tanti uomini, tanti soldi, e tanta voglia di godersi la vita. E gli uomini destinati a stare in casa, a fare i lavori più umili, a non poter decidere più su nulla, a dover essere derisi per i loro stupidi interventi pubblici, e costretti a prostituirsi per poter sbarcare il lunario. Un mondo così a voi sicuramente non piacerebbe, però non gratificherebbe neppure noi……

Gestire il potere é un qualcosa che richiede impegno, sacrificio, ma che causa anche stress, tensione e violenza. La stupida società gerarchizzata e sessista che contribuite a creare, pone anche voi all’interno di una scala di valori e vi impone il controllo assoluto sui vostri sentimenti e sulle vostre pulsioni più intime. Dover dimostrare agli altri di essere sempre belli, intelligenti, forti e sicuri, non é la cosa più gratificante del mondo… Ho visto tanti compagni stressati in questi anni, con la faccia triste e cupa come quella dei direttori d’azienda o dei ruspanti imprenditori berlusconiani, e sempre poco disposti al dialogo ed alla messa in discussione collettiva… E’ questa la rivoluzione per cui lottate, compagni?

Tanti vivono ancora con/per lo struggente ricordo degli indimenticabili anni ‘70. Qualsiasi cosa succeda, qualsiasi cosa si dica, di qualsiasi cosa si stia parlando…“noi nel ‘77 c’eravamo”, ti dicono… Ma adesso siamo nel ‘97, compagno, ed io non riesco più a comprendere il tuo linguaggio… Non importa, compagna, non importa che tu comprenda… Ed anche se non ti spiegano nulla, (non ti posso sintetizzare, compagna, quello che abbiamo vissuto; non ti posso raccontare, compagna, in due parole, quella che fu la storia della nostra storia, e poi, dove sono i giornalisti, dove sono i riflettori, dove sono le platee?…) pretendono stima, rispetto e considerazione. Nella peggiore delle ipotesi ti impongono anche prese di posizione che non ti appartengono, e che non fanno parte della tua storia. Ma dove sono, compagno, le lotte di cui mi parlavi? Qui non c’é più nulla di nulla; e c’é tutto ancora da reinventare. Ma adesso ti parlo di me, della mia storia, delle mie tensioni, dei miei progetti, compagno, e tu continui a non ascoltarmi… Non sei ancora stufo di parlarti addosso? Io cercavo di comunicare con te e mi ritrovo sola come al solito. Addio, compagno, non ho più voglia dei tuoi monologhi, dei tuoi silenzi e dei tuoi ruggiti. Adesso sono io che cerco da sola la mia storia, costi quel che costi.

P.S. Pur rivendicando appieno tutto quanto contenuto in questa mia parziale analisi del rapporto tra i centri sociali, le varie realtà antagoniste e la condizione della donna, occorre fare alcune brevi precisazioni. Innanzi tutto mi rendo conto che per necessità espressive e per semplificazioni linguistiche ho dovuto “forzare” alcuni passaggi e ho descritto una realtà sociale molto più schematica e dicotomica del reale. Ovviamente non tutti gli uomini e non tutte le donne sono come io li ho mostrati in queste pagine. Possono essere migliori o peggiori, ma sicuramente sono diversi. Io ho semplicemente cercato di estrapolare alcune situazioni “tipo” ed ho tentato di analizzarle. Una semplice osservazione potrebbe essere quella che se da un lato gli uomini si comportano in un certo modo, é pur vero che sono le donne che legittimano le loro azioni. Sarebbe interessante interrogarsi sul perché tante donne subiscono in silenzio, o perché tanti uomini continuino a riprodurre modelli di comportamento nei quali non si identificano appieno. Potrà comunque questo mio scritto servire ad un’ulteriore riflessione sull’argomento che mi auguro possa avvenire a breve.

Sarò comunque grata a tutte/i coloro che mi daranno suggerimenti utili, ed apporranno critiche valide e costruttive a questo mio piccolo e limitato contributo di analisi.

UNA COMPAGNA DEL MOVIMENTO. MILANO, MARZO 1996.

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Feminismo italiano.

Feminismo Italiano.

En los años ochenta se desarrollaron varios grupos de teoría feminista en varios países europeos, pero el movimiento italiano fue realmente muy fuerte. Por un lado heredaron la experiencia de practica feminista radical de los años setenta cuando se formaron grupos de “autoconocimiento” (autocoscienza) en varias ciudades, entre ellas Milán, Roma, Florencia. “El personal es político”, un eslogan que criticaba por un lado el sistema capitalista patriarcal (guerra del Vietnam, contradicciones intrínsecas a los mismos países desarrollados: diferencias económicas y sociales, deseo de una instrucción más critica y menos técnica y elitista, etc…) y por el otro los mismos grupos revolucionarios de izquierda, moderada y extrema, que reproducían los valores patriarcales dominantes. Se luchaba por el derecho al divorcio (en Italia aprobado con un referéndum en el 1974) y sobre todo para el derecho al aborto (aprobado en 1978). Para el aborto se montó una campaña espectacular en el país que tiene la Ciudad del Vaticano en su misma capital y que ha sido gobernado durante cuarenta años por parte de un Partido católico, la Democracia Cristiana. El personal es político quería (y quiere) decir que todos tus actos cotidianos son políticos: quien limpia en casa, quien prepara la comida, quien trabaja, como se hacen las cosas. Se criticó la “heterosexualidad obligatoria” y se habló del lesbianismo como una alternativa sexual que rompía, desde la cama hasta la calle, con todo un sistema de opresión político-sexual-social dominante. Col dito, col dito, orgasmo garantito: col dedo, col dedo, orgasmo garantizado (no rima en castellano).

Entre los varios grupos surgió “Revuelta feminista” (Rivolta femminista) de Carla Lonzi. Su escrito más importante fue “Sputiamo su Hegel”, “Escupimos sobre Hegel”, que critica la filosofía y todas las ciencias definidas “neutras” pero escritas y pensadas por hombres. Otra cosa excelente, de este período es el mismo manifiesto de Revuelta feminista y de Carla Lonzi, creo que se pueda encontrar en castellano, lo buscaré. Es fuerte, radical, como el periodo histórico que se vivió en Italia y en Europa en este momento (años ’70). Luego las cosas cambiaron, a nivel político general y a nivel del movimiento feminista. Hubo la represión, la lucha armada (Brigadas Rojas), miles de compañeros detenidos, la construcción de cárceles especiales, el reflujo, crisis ideológicas, la gente dejó las calles y regresó a sus hogares, esto sobre todo después del secuestro y la muerte de Aldo Moro, leader de la Democracia Cristiana (Brigadas Rojas, 1978).

El movimiento feminista italiano, radical y revolucionario, entró en crisis. Tal vez, después del aborto y el divorcio, faltaban objetivos concretos de lucha, o enemigos visibles contra quien luchar. En todo caso, desde entonces hasta hoy ha permanecido, pero en grupos menos fuertes y numerosos.

Entonces surgieron grupos de intelectuales feministas, menos ideológicas (no se definían marxistas ni anti-marxistas), generalmente de clase medio-alta, rechazaron la lucha social, entraron en las instituciones, en el “poder” y pusieron la mujer, el genero, al centro de sus debates. Ya no existía la “clase” o, por lo menos, no se hablaba de ella.

 

Sus escritos han marcado el feminismo teórico internacional, hoy en día son un punto de referencia para tod@s aquell@s que hacen estudios de género. La escuela de pensamiento italiano surgió en la Librería de Mujeres de Milán, en la “calle Dogana” (así se llama la revista teórica mensual) y escribieron cosas realmente interesantes: “Non credere di avere dei diritti” , “No creas tener derechos”, y el libro de Luisa Muraro: “El orden simbólico de la madre” (l’ordine simbolico della madre). Se diga lo que se diga estos libros han marcado generaciones de feministas en todo el mundo. Esta escuela de pensamiento se llama de la “Diferencia”, en el sentido que lo que intenta no es criticar el hombre o es sistema patriarcal en general, sino pensar y crear una cultura diferente.

El orden simbólico de la madre habla de nuestras madres simbólicas, (que a veces no coincide con nuestra madre biológica), y está dirigido a mujeres que tienen relaciones conflictivas con su misma madre o con el femenino en general. A mí me encantó leerlo porque descubrí cosas, que todavía duelen, pero que hacen parte de mi vida. El rechazo a lo que no quieres ser pero que te formó y te dio la vida, el deseo de huir, de conocer el mundo, y de regresar (mentalmente o emocionalmente) al mismo lugar que te dejaste atrás, etc.

Estas feministas en los años noventa han sido duramente criticada sobre todo porque en Italia volvieron a surgir grupos de feministas más radicales (después del primer gobierno Berlusconi, en el 1994- este segundo es peor, pero bueno, entonces no lo sabíamos). Claramente su pensamiento es teórico, dirigido a una elite burguesa-intelectual y el hecho que no mencionen diferencias de clases entre mujeres esconde la constancia que ellas mismas son LA clase, LA elite y EL poder.

Fuerte críticas con su último escrito, llamado “Final del patriarcado”, en el que sostienen que el patriarcado se acabó, que las mujeres han conquistado los “puestos de mando” en la sociedad. En los debates que hubo en Italia y en Europa casi les lanzan tomates a la cara para que bajasen de las nubes: se hablaba de las mujeres en otras parte del mundo (Argelia, Afganistán, Latino América), pero también de las mismas mujeres europeas (no tienen todas tarjetas de crédito y doméstica en casa) que siguen esclavas en sus hogares, sin dinero, derechos, cultura.

En los años ochenta-noventa surgió (sobre todo en España) otro pensamiento teórico feminista contrapuesto al de la Diferencia, llamado “El Pensamiento de la Igualdad”. De la diferencia entre los dos grupos sé muy poco, sólo sé que me aburría mortalmente a sus debates teóricos, pero para alguien que le interesa este tipo de cosa puede resultar interesante. Los dos grupos se odian mortalmente, para “nosotras” querían lo mismo(el poder), sólo se expresaban en manera diferente (esta es una explicación muy de bajo nivel, pero no tengo otra).

Yo siempre he militado en grupos feministas más radicales, pero he intentado entender lo que estas mujeres querían comunicarnos. La verdad, a parte sus teorías, desde un punto de vista personal son bastante antipáticas y sectarias, no son muy disponibles para debates y confrontaciones. Ellas escriben, piensan, hacen “teoría”. Si quieres saber algo sobre ellas compra sus libros, gasta tu plata.

El 25 abril del 1994, cuando un millón de personas bajó a la calle para protestar contra el gobierno neoliberal fascista de Berlusconi (esto se ve en la película Aprile de Nanni Moretti) ellas se “encerraron” ideológicamente en la Librería de mujeres de la calle Dogana de Milán. No les importaba que hubiese ganado la derecha o la izquierda, ellas en todo caso están garantizadas, desde las nubes miraban la “política” desde otra perspectiva. Esto sólo para mencionar un episodio.

Mi profa de Historia Moderna de las Mujeres criticó el trabajo que le propuse sobre Juana la loca sólo porque era una reina, y ella quería “valorizar” a las mujeres que no habían tenido voz, en la historia: las amas de casas, las prostitutas, las monjas(estaba obsesionada con las monjas). Era un enfrentamiento ideológico (ella, mujer de clase alta que sólo conoce su mundo académico, y yo que he tenido que luchar para conquistarme lo que tengo), lo sabía y le propuse un trabajo sobre la mujer Juana y no sobre la reina. No se emocionó con mi trabajo, era más abstracta que Dios Padre(hablaba de mujeres simples y no sabía ni mirarme a los ojos), pero era mi segunda carrera, todo lo que me proponía ya lo había analizado antes, en fin no me importaba un carajo de su programa de estudio (esto no se lo dije pero lo intuyó en clase cuando intervenía). Finalmente vine a Perú y no di su examen, pero leí un par de libros sobre Juana la loca, y esto me encantó. Quería saber que era el amor, la pasión, la muerte y la locura. Esta mujer lo vivió todo, que fuera reina o ama de casa me da lo mismo. La verdad me encantaría ver la película basada sobre su vida.

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Fotografa

La fotógrafa.

Madrid, mayo del 1998.

La llamaban la “fotógrafa del movimiento”. Estaba siempre con su cámara cada vez que pasaba algo. Su novia estaba harta de tanto “movimiento”. “¡Joder! ¡Qué nos dejen dormir en paz! ¡Son las cuatro de la mañana! ¡No hace falta que te llamen justo ahora para que pegues carteles!”.

Era un día de final de noviembre, hacía frío en Bolonia. Julia paseaba bajo los pórticos de la ciudad. Tenía prisa, El profesor ya habìa empezado su clase!. Una amiga la paró en la entrada de la Facultad de Política: “Julia! Julia! ¡Espera un momento!, ¿Tienes el manifesto?”. “¡No!”. “¿No sabes qué ha pasado entonces?. ¡Han ocupado la Universidad de Palermo! ¡Hay manifestaciones en todos los lados! Tenemos que buscar a los compañeros, convocar una asamblea extraordinaria. A las cuatro hay una concentración en el Rectorado”. “¡Joder que movida!” “¿Qué tienes ahora?”. “Yo economía, ¿y tú?”. “Ciencia de la Política”. “Bien, vamos a ocupar tu clase”

Piaza Verdi estaba llena de gente, en el comedor universitario no se hablaba que de esto: ¡La Universidad de Palermo está ocupada!. Los compañeros del sur están protestando contra la privatización de la Universidad, contra la Ley propuesta por parte del ministro Ruberti. Tesoro, esta tarde no podemos vernos, hay una asamblea extraordinaria en la Facultad de Filología. ¡Tal vez la ocupamos!”. ¿Te quedas a dormir allí?”. “Pienso que sí”. ¡Ni hablar del tema!. ¡Te quedas allí hasta que acabe la asamblea, escribes lo que tienes que escribir, hablas con quien tienes que hablar y luego vuelves a dormir a casa!”. Tesoro, ¿no sabes qué ha pasado?” “¿Qué ha pasado?”. “¡La Universidad de Palermo está ocupada, hay una movida de la hostia!”. “¿Y todo esto que tiene que ver contigo?”. “¿Cómo qué tiene qué ver conmigo?”. “Tesoro te han llamado desde Palermo, decían que era urgente ¿No es que te vas hasta Palermo, ahora?”.

Unos meses después las Universidades de todas la ciudad italiana estaban ocupadas. La Pantera era un fenómeno social y político que nadie podía controlar, ni los tecnócratas de partido, ni los medios de des/información. Se había parado el tiempo, las relaciones humanas y políticas se profundizaban. Se organizaban conciertos, asambleas, seminarios políticos alternativos, se ocupaban aulas universitarias, bibliotecas, comedores populares. “¡Tesoro, son cuatro meses que no duermes en casa, yo no aguanto ya más esta situación!”. “Ha habido una carga de la policía. Hay compañeros heridos”. “Esto os pasa para ir a las manis”. “¡No se puede vivir así!”. “¿y cómo se puede vivir entonces?”.

El 12 de mayo era el aniversario del asesinado de Giorgiana Masi. Se ocupaban trenes especiales para ir a la manifestación nacional de Roma. Se pedía libertad para los presos políticos, se pedía justicia, justicia social. El partido radical apoyaba el gobierno de la derecha. El transformismo social estaba de moda,  el movimiento feminista tomó la cabeza de la mani. Se reivindicaban libertades sexuales. “Tesoro, ¿qué te parece si nos vamos a Roma a ver a tus padres?”. “Yo no los quiero ver”. “Es que mataron a una compañera”. “Esto fue en el ‘76”. ”Luchaba para el derecho al aborto, al divorcio”. “Yo soy lesbiana”. “Tal vez llame a tu madre cuando esté en Roma” “¿Me dejas aquí colgada cómo siempre?”

Después de la caída del muro de Berlín, durante la ocupación, en Italia, de las Universidades, grupos de gays y lesbianas pidieron visibilidad, libertad de expresión corpórea, emocional, crearon grupos de autoconocimiento, de lucha política, cuestionaron los valores tradicionales de la cultura marxista alternativa. Surgió la “Pantera rosa”. Tesoro, ¿vamos a la reunión del grupo de la Pantera rosa?”. “Está llena de hombres”. “Tesoro, son compañeros, son gays”. “Son hombres”. “Luchan contra el patriarcado”. “Son hombres”. “Nos proponen una visión diferente de la realidad”. “Yo también te la propongo”. “Lo sé tesoro, pero ellos también hacen parte del movimiento”. “¡Estoy harta de todo esto movimiento!”

En Italia, en los años setenta, después de la llamada “Estrategia de la tensión”, después que el Estado y los grupos armados de la extrema derecha intentaron parar el movimiento y legitimar la represión colocando bombas en Milán, (Plaza Fontana,12 diciembre del ‘69), en Brescia, (manifestación sindicalista, mayo ‘74), en la estación de Bolonia (2 de agosto del ‘80) unos grupos radicales de la extrema izquierda organizaron luchas sociales, luchas armadas. En el ‘74 la policía mató a Mara Cagol, una de las líderes históricas de “Las Brigadas Rojas”. Tesoro, quisiera poner un póster de Mara Cagol en nuestro cuarto”. “No era una feminista”. “La policía la mató a sangre frío”. “No era una feminista, nunca secuestró a ningún hombre porqué machista, nunca cuestionó los valores, el estilo de vida de sus queridos “compañeros”. “Tesoro, si tenemos a Patty Pravo también podemos tener a Mara Cagól”. “¡Patty Pravo no quería cambiar el mundo, Mara Cagol sí!. Las mujeres que están en grupos mixtos, armados y no armados, han traicionado el movimiento feminista”. “Tienes razón tesoro caro, ¿qué quieres qué te diga?”.

Durante la Pantera un grupo de estudiantes de Bolonia ocupó una sala estudio de la Facultad de Letra y Filosofía. Al número 36 de vía Zamboni se formó un colectivo lesbiano-feminista, Lilith luna llena. Tesoro, ¿vamos a la asamblea feminista?”. “Está llena de burguesas. Quieren cambiar el lenguaje, yo quiero cambiar la realidad. Dicen que el patriarcado se ha acabado, se masturban con talleres de autoconocimiento, con el orden simbólico de la madre, yo no las intiendo… tesoro es importante estudiar teoría feminista… sí! pero estas quieren entrar en las instituciones… quieren vivir escribiendo libros que hablen de nuestras luchas, de nuestra radicalidad… ¡tesoro, no son todas iguales!… ¡para una que se salva hay miles que se conforman!… ¡yo no tengo tiempo qué perder!.

Un año después se acababa la experiencia política, social y humana de la Pantera. Las Universidades volvieron a sus ritmos “normales”. Los estudiantes iban a clase, tomaban apuntes, estudiaban cosas de las que no le importaba un carajo. La Ley Ruberti fue “congelada” pero fue aprobado en Parlamento otro proyecto “alternativo” de ley para la “autonomía de las Universidades”. Los partidos políticos de la izquierda lo apoyaron…

Tesoro, ¿cómo es que estás siempre en casa cuando te llamo?". "No sé. Necesito tiempo para pensar". "Es que unos grupos de lesbianas y feministas quieren ocupar un centro social, una casa sólo para mujeres. Un grupo de mujeres inmigrantes nos apoya, ¿no te interesa la asamblea?". "Déjame fumar este pitillo, luego tal vez salga a ver que pasa en la ciuadad".

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Fulanito

Fulanito.

Madrid, 8 marzo 1998.

El 8 de marzo no es mi día. Fulanito me trae el café a la cama, me habla del patriarcado, de la lucha de clase, de sus proyectos de vida. Luego me coge de la mano y me acompaña sonriente a la mani.

Pero Fulanito nunca habla de las violaciones a las mujeres con sus compas de lucha autónoma, ni interrumpe a los pibes cuando utilizan un lenguaje sexista, ni mueve un dedo para que las mujeres tomen la palabra en las asambleas. Nosostras también tenemos privilegios en esta sociedad sexista !claro que sí Fulanito!…

Tenemos el privilegio de llorar, de manifestar nuestros sentimientos en público, de dormir con nuestras amigas, de hablar libremente de nuestra sexualidad. Fulanito habla, habla siempre. De hombres y de mujeres, de clase y de género, de género y de clase, de lo que siento, de lo que vivo, de lo que sueño. De lo que quiero, de cuánto lo quiero…

Fulanito me ahorra el estrés de pensar, el estrés de vivir. Es dificil coordinar a los varios colectivos, llevar a cabo una asamblea política, organizar la lucha… y bla… bla… bla… Claro, Fulanito. Hace años que estoy en el movimiento para ahorrarme el estrés de organizar la lucha. Hace años que me encanta calentar la silla en público y la leche en privado. Hace años que vivo feliz en la sombra de tu sombra.

Y este 8 de marzo quiero ir sola a la mani, querido Fulanito. Puedes hablarme del patriarcado en otro momento, puedes levantar el culo en otras ocasiones. A mí me apetece buscar a mis amigas, escuchar sus palabras, inventar con ellas enuevas formas de lucha, nuevos estilos de vida.

el café está frío, cuando despiertes caliéntate la leche. Yo ya me he ido, Fulanito, ya me he ido.

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