Pantera

pantera

Post n°48 pubblicato il 01 Marzo 2009 da viajera67

La policía las paró a la salida de la Facultad: nombre, apellido, fecha de nacimiento. Te conocemos, sabemos por dónde te mueves, con quién sales, por dónde vives. Te aconsejamos una militancia más “prudente”. Es una advertencia, tómala como quieras…


Era el noviembre del ‘90 y todas las Universidades de todas las ciudades italianas estaban ocupadas. El movimiento se llamaba “pantera”.

Una pantera se había escapado del zoológico de Roma. Policía, carabinieri, bomberos, guardia di finanzas, “mozos de esquarra” la buscaban por toda la ciudad. Es una cuestión de orden público, es competencia del Ministerio del Interior. ¿Dónde está la pantera?

-¡la pantera siamo noi!- contestaron los estudiantes. Aquella misma noche se ocuparon a la vez, en Bolonia, Palermo, Firenze, Bari, Milano, Perugia, Venezia las facultades de Política, de Filología, Física, Informática, Ingeñería, Derecho para luchar contra la privatización de la cultura, contra una ley propuesta por parte del ministro “Ruberti”.

Eran las tres de las mañana y dejé, con una amiga, la facultad de filología de Bolonia para buscar comida para los compañeros. La policía nos esperaba fuera. Nos paró, nos amenazó. Mi amiga se asustó, volvió a su “mundo interior”. Nunca más compartimos comida ni lucha social…

Las universidades se quedaron ocupadas hasta julio del ‘91. Fue un año increíble, se conseguió parar el proyecto de ley… al mismo tiempo en Bolonia, se ocupó una sala estudio de la Facultad de Filología, en Via Zamboni, en el número 36. Se podía estudiar, hacer política, organizar charlas, conciertos, hasta las tres, las cuatro de la mañana. Nosotros teníamos la llave del “36”, las llaves de la Universidad.

Un día una compañera me dijo: “¿por qué no fundamos un colectivo feminista?”. Mira, estoy en el grupo de la Facultad, en el colectivo de gestión política del 36, y … compañera, te estoy hablando de otra cosa, te estoy hablando de feminismo. Vale, me lo pensaré.

Con el feminismo se revolucionó radicalmente la manera de hacer política. Algunas militaban en el Partido Comunista, otras eran “autonomas” o anarquistas, trotskistas y libertarias. Algunas comulgaban con el pensamiento de la diferencia, otras con el de la igualdad. Empezamos a hablar y a hablar durante hora y por fin surgió “lilith luna nera”.

En Bolonia existían otros grupos feministas y “lesbicos-feministas”. Nos reuníamos una vez al mes para coordinarnos. La relación con las mujeres “institucionales” era conflictiva, pero al mismo tiempo dinámica y “propositiva”

¿y la relación con los hombres, con los compañeros? Una vez tuvimos que ocupar una radio del “movimiento”, una radio “autónoma” porque tanto que estamos contra el sistema y podemos decir lo que nos da la gana, y aquí sí que aquí no se censura a nadie, podemos comparar el separatismo feminista y “lesbico-feminista” al “separatismo” nazi. Se ocupó la radio, se leió un comunicado que parecía una declaración de guerra. O tal vez lo era.

Unos días después un compañero (¿era un hombre o no lo era?) intentó entrar y participar en una reunión feminista en una casa ocupada en Via del Pratello. Las feministas le rompieron la cabeza (con una botella).

Y nos acordamos, en aquellos momentos, del ‘74, cuando en Roma, cuando los “compañeros” de Lotta Continua atacaron a una manifestación feminista porque separatista, porque no tenía como prioridad absoluta y “indiscutible”, la lucha de clase. Fue muy duro para todas, pero se delimitó el derecho de las mujeres a reunirse en espacios donde los hombres y los compañeros (tenemos que especificarlo si no no se entiende bien la cosa) no podían entrar, participar, tomar palabra. ¿es muy duro comprender que queremos espacios solo para nosotras?

El machismo era muy duro, sobre todo en grupos históricos della “vecchia guardia” dell’”autonomía obrera”. Existía, en Bolonia, en Via Avesella, un grupo de autonomos “irreductibles” antinegrianos. Hacían sobre todo, un trabajo político contra la cárcel y la represión. Eran muy “duros”, muy machos y muy coherentes. No había mujeres-militantes entre ellos.

¿era ésta la otra cara de la coherencia?

En Bolonia, el 11 de marzo del ‘77, la policía había matado, durante una manifestación, a Francesco Lorusso, estudiante de medicina. En Roma, el 12 de mayo del ‘76, durante una manifestación feminista para el derecho al aborto, organizada por parte del Partido Radicale cayó la compañera Giorgiana Masi.


En los años ‘70, en Italia, fábricas y universidades estaban ocupadas, el estado temía una revuelta social. Respondió al movimiento con la represión, empezó la llamada “estrategía de la tensión”.

Bombas, bombas cayeron para reprimir al movimiento y la lucha obrera. El 12 de diciembre en Milán explotó una bomba en la Banca Nazionale dell’Agricoltura. Era una bomba fascista, estaba claro, pero el Estado y el Gobierno buscaron “chivos expiatorios” en los grupos anarquista de extrema izquierda

Pinelli, ferroviario, militante anarquista del “Ponte della Ghisolfa” fue detenido y “voló” desde la cuarta planta de la Comisaría. Suicidio, se dijo, homicidio, contestó el “movimiento”. Responsable político: el comisario Calabresi. Dario Fo escribió: “morte acidentale di un anarchista”. En el ‘74 alguien mató a Calabresi. Nadie revindicó el atentado. Marino, militante arrepentido de Lotta continua, acusó a “sus compañeros”. Sofri, Bompressi y Pietrostefani siguen detenidos sin pruebas.

¿es la palabra de un arrepentido una prueba judicial?

En el ‘69: Strage di Piazza Fontana, Milano. En el mayo del ‘74 una bomba fascista explota en Piazza della Loggia a Brescia durante una concentración sindical. El dos de agosto del ‘80 otra bomba, en la estación de Bolonia, ciudad simbol de la lucha antifascista. Al mismo tiempo continúa la represión contra el “movimiento”. Processo 7 Aprile ’79 en Padua que ve la detención de Toni Negri prof. de Ciencias Políticas. Construción de cárceles especiales, detenciones más o menos de sesenta mil presos políiticos, “teorema Calogero”,(si no estás con el Estado, estás contra el Estado), leyes antiterrorismo. Surge la lucha armada. Renato Curcio y Mara Cagol fundaron, en Milán la “Brigada Roja”

Sigue la tortura, la represión, sobre todo después del secuestro Dozier, representante de la OTAN y del imperialismo americano en Italia. En el ‘78, la Brigada Roja, detiene y mata a Aldo Moro, líder histórico de la Democracia Cristiana, después de que el estado no quiso “pactar” con los “terroristas” y liberar a presos políticos. Leyes especiales para los arrepentidos. Mucha gente decide colaborar con el Estado. Toni Negri firma el “papel de los 51” y huye a Francia con otros compañeros. Actualmente ha regresado a Italia y goza de la libertad condicional según la ley “Gozzini” que “concede” a muchos detenidos una redución de pena.


En el ‘95 desalojaron el ‘36, la biblioteca de la Facultad de Filología ocupada durante la “Pantera”. En aquel momento vivía en Barcelona, estaba investigando sobre la represión estalinista durante la guerra civil española. Me llamaron los compañeros, “nos van a desalojar” -Bologna, la rossa, é rossa di vergogna-


Entonces pensé en tantas reuniones, en tantas emociones que había vivido con los compañeros. Pensé en tantas mujeres que habían hablado por primera vez en público, que habían cogido un micrófono, escrito un panfleto, organizado una asamblea…


y en el ‘95, el Proceso a la Pantera. 120 denuncias por ocupación, “robo”, expropiación, apropiación de patrimonio público. 120 denuncias y más de 1.000 “autoinculpaciones”. Me acuerdo de la cola “kilométrica” frente a la comisaría. Tuvieron que parar el tráfico, nos encontramos en el proceso. Algunos de nosotros habían terminado la carrera, otros seguían ocupando casas, calles y universidades. Algunos líderes se “justificaban” frente al juez. “sí! señor juez, estaba allí, en la Facultad ocupada, pero aquel día, a aquella hora, había quedado con Fulanito para otra cosa, y sí que sabía que las Universidades estaban ocupadas, pero yo “estaba” y “no estaba” en la “movida”…

Y me acuerdo también de otros líderes y no líderes, de gente simple que había militado sin tantas palabras, sin tanto ruído… te miraban, te reconocían.

Y pienso en aquellas mujeres que aprendieron por primera vez a hablar en público, a escribir panfletos, a organizar asambleas, a luchar contra cualquier forma de poder. Ellas cambiaron la manera de hacer política, de sentir y de vivir la política. Pienso mucho en ellas. Y a veces las echo de menos…

 

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