A veces.

A veces

Post n°61 pubblicato il 02 Marzo 2009 da viajera67

A veces me da por llamarla ¿qué tal te va todo, corazón?” Y no es que echo de menos todo aquello, no es por eso que te llamo, es que tenía un carrete viejo guardado en un cajón, un día no sé por qué lo llevé a revelarlo e descubrí fotos con paredes y calles que llevaban tu nombre.

Ahora me las encuentro en el alma y me pregunto ¿qué coño hago yo con todo esto? Un día le hubiese escrito una poesía, un relato, la hubiese esperado bajo la cafetería de su casa, le hubiese hecho una sorpresa… mira, amore mío, mira lo que he hecho por ti. Ella me hubiera sonreído, dado un beso, me hubiera dicho que le encantaba verme, que… ahora no. No puedo llamarla para eso, queda patético, ya lo sé. No puedo escribirle poesías ni relatos, no puedo decirle que un día la quise. También eso queda patético.

¿Qué hago? Si las dejo en el mismo cajón en el que estaba el carrete queda un poco feo. La historia de una foto, un deseo, una emoción, de un momento vivido entre tú, yo, mi cámara, las calles de Barcelona, los sueños de mi vida, las paredes de tu ciudad pintadas de azul, todo eso encerrado en un cajón. No puede ser. Eso también queda patético.

¿Qué hago? ¿La llamo entonces? ¿Te acuerdas de aquellos día en los que paseábamos juntas por Madrid, cuando me despertaba con tu olor, tu sabor, tu deseo? ¿te acuerdas principessa?

Aprendí a escribir, leer y hablar contigo. Ahora me pagan por eso, ¿te das cuenta amore mío?. Pues nada, es que aquel día en Barcelona pensaba tuviese el mundo entre mis manos, era feliz, me sentía como… no, esto no.. esto alguien me prohibió decírtelo.

Entonces nada, mi amor, nuestra “ciambella” no salió col “buco”, esto es. Y me gusta encontrarte por casualidad y escucharte sin tener que ser nada más-nada menos de la que soy: “Una ciambella senza buco”. Y pienso que le ciambelle senza buco a veces son bonitas. Son irregulares, no salen bien, te da por tirarlas, por comértelas en la cama por la noche mirando la tele, no haciendo nada especial pero al mismo tiempo haciendo algo, te da para darlas a un huésped no deseado, te da por deshacer todo y empezar desde cero para hacer una Verdadera “Ciambella con buco”, de estas que salen Perfectas, que presentas a los amantes, a los amigos, con un “buco” regularííísimo, como la O de Giotto.

Pero al fin y al cabo estas tampoco te gustan y te emocionan y no sabes por qué, y echas de menos a las otras, a las pequeñas, imperfecta, irregulares, a las que no sabes donde poner y al fin y al cabo pones en todas partes, a las que te hacen sentir verdaderamente libre y feliz, y cuando te sientes así no te preguntes por qué, no te preguntes nada por favor, la libertad es un momento, no te va a salir otra igual, las otras serán Perfectas, no habrá otra como ésta, esta pequeña, indefensa, irregular “ciambella senza buco” che al final no sabes por qué la reservas para los momentos verdaderamente importantes de tu vida. Los irregulares. Los inalcanzables. Los que te hacen llorar. Los que nadie olvida nunca.

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