Paula.

Paula

Post n°49 pubblicato il 01 Marzo 2009 da viajera67

 Paula

Teníamos que partir juntas, Paula y yo. Teníamos que coger el mismo tren, a la misma hora para ir al mismo sitio. Paula, como siempre, llegó tarde. “!Paula, Paula! ¡Qué suerte que has venido! Temía que habías cambiado de idea!”. “No! qué va! es que me he olvidado algo y no puedo partir!”. “¿Algo importante?”. “¡Sí! El cepillo de dientes!” “!El cepillo de dientes? ¿Esto es importante para ti?”. “!Sabes como soy!”. “!Paula el tren ha llegado ya! ¡Ahora se va sin nosotras!” “¡no! ¡esto no! Cógelo tú por favor!”. “¿Yo sola? “¡Sí! ¡Te alcanzo a la próxima estación!”. “Pero sin ti yo no quiero partir!”. “!Yo sin mi cepillo de dientes tampoco!” !De acuerdo, tesoro, no te enfades! !Nos vemos en la próxima estación!”. En la otra estación ella no estaba, “se habrá parado a hablar con una amiga, se habrá ido al cine a ver una película, si me ha dicho que me alcanza no puedo bajar, sin ella no puedo bajar”. Pasaron días, pasaron meses, “¿ Por qué no me escribe una carta, por qué no me dice que me baje de este puto tren?. Tengo que quedarme, tengo que darle tiempo, ¡no sé qué coño tengo que hacer!”…

El tren llegó a una estación desierta, Julia bajó la ventanilla, miró el paisaje, y ¡vio a Paula con un grupo de amigas! “¡Paula, Paula! ¡Qué alegría verte! ¡Temía que te habías olvidado de mí!”. “¡No, tesoro, no me he olvidado de ti! He venido a acompañar a una amiga que se va a Nueva York, ha ganado una beca, si quieres te la presento, es muy maja”. “!No, no quiero que me la presentes!. ¡Quiero que subas!”. “¿A dónde?”. “¿A este puto tren, no?”. “!ah! ¡sí! ¡Casi me olvidaba! No sé, ¡necesito tiempo para pensar! Quiero subir cuando esté realmente preparada”. “¿Quieres que baje entonces?”. “!No, tesoro, no quiero que bajes!. Quiero que me esperes!. Estoy contigo, te llevo conmigo”. “De acuerdo, no bajo, te espero”. “!No me metas prisa si no me cortas el rollo!”. “De acuerdo tesoro…”

“¿Y qué tal tu cepillo?”. “¿Qué cepillo?”. “!El cepillo de dientes!”. “¿Quieres un cepillo de dientes?”. “No tesoro, no lo quiero”. “¿Entonces por qué me hablas del cepillo?”. Tu amiga se sentó justo frente a mí. “!Hola! ¿Qué tal?”. Quería estar sola y ella hablaba sin parar! “¿Eres amiga de Paula?”. “Sí, soy su amiga”. “!Es una persona increíble! Cada vez que la llamo me sorprende su energía. Es inteligente, es muy guapa, es… ¿qué te pasa? Te has puesto muy seria!”. “!No es nada!”. “!Paula dice que eres muy divertida!”. “Paula dice muchas cosas” “¿Qué?. “¡Bueno sí! Cuando estoy bien soy divertida!”. “¿Y cuándo estás mal?”. “Cuando estoy mal me pongo triste, ¡no hace falta ganar una beca intergaláctica para intuirlo!”. “!Perdona! Es que no puedo parar de hablar!”. “!Ya me he dado cuenta!”. “Es un defecto que tenía desde niña”. “Me imagino…”

“¿Por qué vas a Nueva York?”. “!Voy a un a un master de teoría feminista!”. “¿Y tú qué haces?. ¿Periodismo?”. ”No, soy camarera”. “!Qué bonito, qué interesante!”. “!Ya, me muero de placer cada vez que cojo una bandeja en la mano! “¿Tienes hambre?”. “Bastante!”. “¿Cenamos juntas, te apetece?. “Lo siento, no puedo cenar todos los días, este sitio es bastante caro para mí”. “¡Entonces podemos tomarnos un café! “De acuerdo, ¡entre tanto qué aproveches!…

“¿Qué estás leyendo?… “estilos radicales de Susan Sontang”. “No he leído nada de ella!”. “No me extraña!”. “pienso que la literatura americana de este siglo….” “¡escucha!… No tengo ganas de hablar de literatura en este momento!”. “¡De acuerdo! ¡Hablemos de otra cosa entonces!“"¿Por qué miras siempre por la ventanilla?”. “¡Espero ver a alguien!”… “¿A quién?”. “¡No importa!”… “¿a dónde vas?”… “¡Donde me lleva el viento!”. “¡me encanta la gente libre!”. “¡Un día se come y otro no! ¡Esto la gente no lo hace por hambre, sino para romper las normas del sistema!”. “¿Estás pensando en Paula?”. “¡Pienso siempre en ella!”. “¡Ella también piensa siempre en ti!”. “¡ya! ¡Pensar no cuesta nada! ¡Si costase algo ella pensaría en otra cosa!”. “¿Esperas qué suba?”. “¡Espero qué sí!”. “¡Mira, yo la conozco bien! Paula no va a subir!”. “¿Cómo lo sabes?”. “¡Si no ha subido hasta ahora no va a subir nunca! Paula tiene miedo, miedo de perder lo que tiene….”

“¡Hemos dado vueltas por toda la ciudad para encontrar un cepillo de dientes que le gustase!”. “¡No me lo puedo creer!… “¡No le había robado uno para hacerle una sorpresa!”. “¡Esto a Paula le encanta! Pero no es lo importante para ella!”. “¿Y qué es importante para ella?”… “¡escucha! Cada una tiene su estilo de vida, ¿vale? ¡No me pongas en crisis justo ahora que tengo que irme a Nueva York!”. “De acuerdo…” ¡Te aconsejo bajar, bajar cuando te dé la gana, cuando te lo sientas por dentro!. ¡no la esperes! ¡No te puedo ver así!”. “¿Te doy pena?”. “ No, no me das pena!”. “¿Y qué te da pena?”… “Te he dicho que tengo que irme a Nueva York, ¿no?. ¡No me cortes el rollo del master justo ahora!”.

“¡Te regalo el libro de Sontag!” “¿Piensas que pueda entender algo suyo?”. “¡no sé! Ella habla del silencio..” “¿Quieres que me calle?”. “¡No importa!¡Yo bajo a la próxima estación!…” “¿es esto lo que quieres?…” “no siempre hago lo que quiero!…” “quieres que baje contigo?…” “no, por favor! ¡Este es tu tren!…” “¿me regalas el cepillo de dientes? ¿no lo necesitas, verdad?”. “desde luego puedo robar otro, no es el cepillo mi problema”. “¿y cuál es problema?…

“yo bajo”… “¡Lo siento! Me gustaba hablar contigo!”… “¡Si es por esto puedes hablar con la pared!”… “¡quería hablar contigo!… “¿de qué? ¿de filosofía?”. “¡por ejemplo!”. ”¡Esta es mi vida, querida!”…¿qué haces ahora?”. “¡Tal vez coja otro tren!”. “¿otro tren?. ¿dónde te vas?”. “¡escucha tía! ¡No estoy aquí contigo para hablar de tren ni para filosofar sobre mi vida!” “ya que estamos podríamos aprovechar”. “¿nadie te ha dicho que podías callarte?. “¡Mira! Es Paula! ¡Es Paula! ¡No me lo puedo creer! ¡Tal vez haya venido para ti! “¡tal vez quiera averiguar que todavía haya una idiota que la espera sobre este puto tren!” “¿Qué le digo?”. “¡Dile que me he bajado!”. “¡No! ¡No me des esta responsabilidad!”. “¡La responsabilidad es mía!” “¡No quieres verla?”. “ya no es la persona que esperaba”. “¿puedo bajar contigo?”. “¡No querida! Tienes que irte a Nueva York”… “¡es que ahora no me importa!”. “¡mañana te va a importar!” “desde luego yo bajo sola! ¡Sola subí y sola tengo que bajar!”. “de acuerdo, me callo!”.

“¡Estás muy guapa, Paula!”… “¡no soy Paula!”… “¿no eres Paula?”… “bueno, me llamo Paula pero no te conozco”… “¡podíamos haber viajado juntas, Paula!… “¿viajado juntas? ¿hacia dónde?”… “no sé Paula, ¡no era esto lo importante!”… “si no sabes ni hacia adónde, ¿por qué teníamos que haber viajado juntas? quéé?  ¿quieres viajar conmigo?”… “¡no Paula! yo bajo!”… “¿justo ahora?”… “¡sí!”. “¡qué pena!”… “¡ya! ¡qué pena no haberte encontrado antes, y qué pena no haber viajado juntas querida!”…

This entry was posted in glenda. Bookmark the permalink.