Carlo Giuliani

Carlo Giuliani

Post n°46 pubblicato il 01 Marzo 2009 da viajera67

Carlo Giuliani

Carlo tenía veinte tres años y un extintor entre las manos cuando lo mataron en Génova el 20 de julio del año 2001. Aquel día no sabía si ir a dar un paseo por las playas (Génova era, desde luego, su ciudad), o ir a la mani. A las tres de la tarde estaba tomándose algo con un amigo cuando vio a la policía que cargaba, con porras y lacrimógenos, a un grupo de manifestantes que levantaban los brazos como para rendirse. “Conociendo a Carlo, sé que tomó la decisión de quedarse con ellos. Me llamó por teléfono. Me dijo que iba a la mani, que no me preocupase, que había mucha gente” me cuenta su padre cuando lo encuentro en Génova para que me hable de Carlo y de la dinámica de su asesinado. Carlo estaba bastante cerca de la estación, en la calle Tolemaide, cruzó a la mani de las “tute bianche” que había sido autorizada hasta la zona roja. Pero la policía cargó antes. ¿Por qué lo hizo?

Yo estaba desde el jueves en Génova, durmiendo el estadio Carlini. El viernes a las dos de la tarde salimos para ir hacia la “zona roja”. La ciudad estaba llena de humo de lacrimógenos, de helicópteros y de más de 17.000 “hombres del orden” que controlaban cada nuestro movimiento. Las “tute bianche” intentaron llegar hasta la “zona roja”. Cargas de la policía y de los carabinieri pararon nuestro derecho a manifestar. Subí hasta el tercer piso de un palacio para hacer fotos. Un chico me abrió. Pude ver desde arriba lo que pasaba: se oían gritos, disparos, se veían lacrimógenos por todas partes. Te quemaban los ojos, la piel, el humo te entraba en el estómago y te daba náusea, vómito y desmayo. Lo que querían era parar mucho más que unos cuatros “violentos” vestidos de negros. El movimiento antiglobal luchaba contra unos ocho “potentes” que, encerrados en la “zona roja”, se estaban dividiendo la tarta del mundo. “Es la primera vez, desde hace tiempo, que los jóvenes no bajan a la calle para pedir algo que no sea para ellos mismos” (Giuliano Berlinguer, Democrático de Izquierda). De repente un grito de dolor: “¡Han matado a un chabal!”. Eran las cinco y media de la tarde. Carlo Giuliani había muerto.


Pasaron con tanques, cargaron con porras y lacrimógenos a toda la gente que encontraban por la calle. Vi a manifestantes que se enfrentaban a los policías para permitir a los otros de huir. Empujaron la mani hasta el estadio Carlini para que nos quedásemos en un “recinto”. La ciudad estaba vacía. No teníamos nada para comer. Todas las tiendas estaban cerradas. Pegaban y detenían a gente que salía simplemente para comer algo o para llamar por teléfono. Si ibas al hospital te pegaban, te detenían(Caserma Bolzaneto) y te hacían cantar “Viva el Duce” o “faccetta nera”. Durante aquellos días, en Génova, el gobierno Fini-Berlusconi había suspendido las libertades “democráticas”. Pagábamos el precio y el privilegio de vivir en uno de los países más ricos y industrializados del mundo.

Carlo había muerto. Nosotros sabemos que estaba luchando para defender sus ideas. Pero lo que vimos fue la imagen de un chaval que lanza un extintor a una furgoneta de los carabinieri. El carabiniere disparó. ¿Fue legitima defensa?

El choche de los carabinieri se había parado en plaza Alimonda. A los carabinieri les estaba entrando el humo que lanzaban contra los manifestantes. No podían respirar. Tenían que huir. Unos cuantos gritaron: “!Es una trampa!”. El carabinieri Mario Placanica, de veintiún años, empuñó el arma. El articulo 52 de Código Penal considera legitima defensa cuando la acción es proporcional a la gravedad de la ofensa subida. Placanica no miró hacia arriba, como por ley debería haber hecho, sino contra los manifestantes. Carlo lo vio. Podía haber huido, pero no lo hizo. Recogió desde el suelo el extintor y intentó desarmar al carabiniere.

En aquel momento Mario Placanica disparó a Carlo en la cara, golpeándolo en el ojo izquierdo (no a las piernas, ni en el aire), y lo mató. Los manifestantes huiron, (“esto pasa “naturalmente” cuando alguien oye un disparo”, comenta Giliano Giuliani) la furgoneta pasó dos veces sobre su cuerpo, y los carabinieri dejaron la plaza.

La verdad es que los disparos fueron dos. En las imagen que se ven (Rai-tre) hay otro carabiniere que está en la calle y que dispara contra los manifestantes (se ve el “reculo” de su pistola y se oyen dos disparos). Lo confirma Bruno Abile, fotógrafo free lance de Paris: “He visto disparar contra al chico a un “carabiniere” que estaba en la calle, a cinco, seis metros de la jeep. (no llevaba escudo, tal vez era un oficial). Cuando el chabal estaba en el suelo algunos “carabinieri” lo golpearon con botas en la cara, luego pegaron a otros fotógrafos. En fin se golpearon entre ellos…” Ha sido una suerte que no haya matado a otro chaval. Comenta Vittorio Agnoleto, portavoz del Genoa Social Forum. Sobre este caso la Magistratura está investigando. Placanica tenía veintiún años, se “justifica” su acción por “falta de experiencia”, por el hecho que era un militar de leva, pero, ¿Quién era el otro “carabiniere” che disparó?. ¿Se está cubriendo a otro “alto” funcionario del Estado?

Al padre de Carlo esto no importa. El proyectil que mató a su hijo fue el primero. Luego el autista pasó dos veces sobre su cuerpo, pero Carlo ya había muerto. A Giuliano Giuliani y a su familia importan dos cosas:

Cuando Carlo ya había muerto alguien lo golpeó con algo en la cara. Si Carlo no hubiese muerto por un disparo, podrían haber dicho que lo había matado una piedra y esta fue, desde luego, la primera versión que dio la Policía. Cargaron a los manifestantes y gritaron: “¡lo habéis matado con una piedra!”. Pero todo el mundo había visto las imágenes del carabiniere que empuñaba la pistola frente a Carlo, y no podían secuestrar a todas las cameras de todos los reporteros del mundo.

Otra cosa: los carabinieri no estaban aislados. En las fotos se ve a uno de ellos que llama refuerzos que están a unos pocos metros de la furgoneta y que alcanzan al grupo cuando Carlo está en el suelo. Nadie puede justificar una reacción tan violenta.

Y aún: ¿A qué distancia se encontraba Carlo del carabiniere? Las fotos que han dado la vuelta al mundo lo retraen bastante cerca del carabiniere (decimos unos 30 cm, máximo un metro) porque han sido realizadas por parte de un fotógrafo de la Agencia Reuter que estaba a unos quince metros detrás de Carlo, con uno zoom 70-210 que aplasta las imágenes. Pero Marco D’Auria, otro fotógrafo de Rai Net News, que estaba en una calle lateral nos demuestra que la distancia ente Carlo y el carabiniere era por lo menos de cuatro metros. ¿Por qué esta foto todavía no ha sido publicada en Italia? ¿Podemos seguir hablando de legitima defensa?

El día siguiente más de trecientomil personas bajaron a la calle para protestar contra este asesinado, y contra la represión policial de aquellos días de Genova. Era nuestra respuesta al miedo que intentaban inculcarnos. Massimo D’Alema, leader de los DS (Democráticos de Izquierda), en el Parlamento italiano, habló de Represión Chilena porque, si por la muerte de Carlo Giuliani pueden sostener que fue un “accidente”, cómo pueden justificar la carneficina que cometieron en la Escuela Diaz y en la Caserma Bolzaneto? Pero el partido de Massimo D’Alema no apoyó al movimiento antiglobal. Estuvo al Gobierno durante cuatro años (1996-2000), y con una política reformista apoyó la intervención italiana a la guerra en la ex yugoslavia y quitó más derechos a la clase trabajadora que el primer gobierno Berlusconi (1994-1996).

Sólo Rifondazione Comunista y los Verdi siguen haciendo, a nivel parlamentar, una verdadera oposición al gobierno Fini-Berlusconi. Fini es el leader de Aleanza Nacional, el ex partido fascista que, durante los días de Genova, estuvo plantado en las Casermas de los “carabinieri” para expresar su “solidaridad” al trabajo que estaban haciendo. Pero, “cuanto dura esta solidaridad?”, comenta Giuliano Giuliani, “diez minutos o diez horas? Nosotros, sindicalistas y comunistas, siempre hemos soñado no morir democristianos (la Democracía Cristiana era el partido que gobernó en Italia durante cuarenta años), pero estos fascistas que ahora están al gobierno, no creen ni en los valores del Estado que deberían representar”.

El sábado miles de personas llegaron a Génova para defender el derecho a manifestar que nos estaban negando. El DS aconsejó a sus militantes de base de quedarse en casa. La plaza de Genova era demasiado “caliente” para la izquierda reformista y democrática italiana. Pero más de trescientas mil personas llenaron las calles de la ciudad. El sábado por la noche la carnificina de la Diaz. Nadie hubiera podido imaginarse nada parecido. Arnaldo La Barbera (responsable de los grupos antiterroristas) ha sido promovido a los más altos cargos de los servicios secretos y Ansoino Andreassi (ex jefe de seguridad del G8 en Génova) es ahora vice director del Comité Ejecutivo para los Servicios de Información y Seguridad. Esto es el juego de ajedrez que están jugando, y que alguien llama “justicia”

Pero tenemos grabadas las imágenes de la “gente” de Génova que nos lanzaba agua desde las ventanas de sus casas. Quemados del sol y los lacrimógenos (cargaron hasta en el túnel ferroviario entre corso Torino y corso Sardegna) tomábamos esta agua como un alivio. Un mundo diverso/diferente es posible. Carlo Giuliani matado mientras intenta parar, con un extintor, una violencia no proporcionada, no justificada y, todavía hoy, no documentada. Génova libre: ciudad de Carlo, ciudad de todos.

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