Dìa de sol.

Dìa de sol

Post n°34 pubblicato il 26 Febbraio 2009 da viajera67

Hoy es un día de sol

Abres la puerta de mi alma. Me sonríes. Te esperaba. Sabía que volverías a buscarme. No podías haberte ido. No podías. Te acercas a mí. No dices ni una palabra. No hace falta decir nada. Me quitas los vaqueros. Me tumbo en la cama. Siento tus dedos sobre mi cuerpo. Te paras un momento a contemplar mi cuerpo. Me acaricias. Vuelves a sonreírme. Te esperaba. No hace falta que digas nada. ¿Cuánto tiempo habrá pasado desde la última vez? Ya no me acuerdo. Y no me importa. Has vuelto a buscarme. Me acaricias la espalda. Tu cuerpo se acerca al mío. Te deseo. Pensaba que te habías ido.¿ Pero dónde, dónde, tesoro mío?.

Tu lengua me acaricia el cuello. Te siento, te reconozco. Sé que eres tú. Tus dedos se acercan a mis labios. Quisiera cogerte fuerte y follarte locamente pero espero, nuestro ritmo ahora es diferente. Tu boca acaricia mi cuerpo, tu lengua busca el placer en mis ojos, fuerte, siempre más fuerte. Siento toda la pasión que llevas dentro. Me coges fuerte. Sabes que me encanta que me cojas fuerte. Tus manos bajan a buscarme. Me tocas el culo. Me sonríes. Me encanta tu sonrisa. Te pones en cima de mí. No dices ni una palabra. Te esperaba… esperaba que un día abrieras la puerta de mi casa, de mi alma, y me cogiera come te daba la gana. Tus labios se acercan a los míos. Tu lengua busca la mía en mi boca, en tu boca, y te cojo el culo con las manos y fuerte, siempre más fuerte, lo acerco a mi cuerpo y fuerte, siempre más fuerte te sonrío, te cojo la cara con las manos y te acerco a mi sexo, luego quiero que suba hasta mi alma, quisiera ver tus ojos, acariciar tu sonrisa.

Te esperaba. Sabía que tenías que volver. No podía soportar la idea que podías vivir sin mí. Tu lengua busca mi cuerpo. No te pido con cuántas mujeres has follado. No me importa. No me pides nada de nada. No importa. No hablamos. Te siento dentro. Me quitas las bragas. Me sonríes. Siento tu lengua entre mis piernas. Siento que me buscas. Puedo contemplar el ritmo de nuestros cuerpos.

Tiene un sentido pensar de haberte encontrado en Madrid. Tiene un sentido pensar a mis viajes en autostop, y en el blanco candor de las calles del sur del mundo. Pienso en las playas de mi pueblo que tanto te gustaban. En tu cuerpo dentro el mar. Dentro mi mar. Dentro mi cuerpo.

Te cojo el pelo con las manos. Te acaricio. Te adoro. Te siento dentro. Tus dedos entran a buscarme. Abro mis piernas y te acercas a mí para sentir mi deseo. ¿lo sientes? ni te lo pregunto. Ni te hablo. Sólo quiero sonreírte. ¿Cuánto tiempo te he esperado? ¿Cuántos pitillos me he fumado? ¿Dónde estabas, dónde te habías ido? Te buscaba en Chueca y no encontraba tu sonrisa, no la encontraba… ¿cómo habría podido encontrarla?

Me coges fuertes. Tus dedos entran rítmicamente en mi cuerpo. “Susulto” de placer. Quisiera llorar. Luego tu lengua vuelve a buscarme con un ritmo más lento. Te gusta mi cuerpo? Siento tus lagrimas sobre mi cara. Siento tu deseo, tu lengua en mi boca. Te cojo el pelo, fuerte, siempre más fuerte. No hace falta pedirte que no te vayas. No hace falta decirte que te he echado de menos. No hace falta decirte que ningún cuerpo podrá darme tu cuerpo, ninguna sonrisa tu sonrisa. Abro las piernas. Siento tu cara entre mis piernas. Has vuelto. Te tumbo en mi cama. Boca abajo. Entro con mis dedos en tu cuerpo. Siento tu placer. Te voy a llevar a todas las playas de todos los pueblos del mundo, te voy a llevar conmigo a donde sea. Has vuelto. Mi lengua busca tu espalda, baja a buscar tu culo. Mis dedos están en tu boca. La otra mano baja a buscarte. Siento tu cuerpo. Bajo. Ahora bajo con mi lengua a buscarte donde sólo tus susurros me dicen porqué has venido. ¿Por qué has venido? No me importa. Sólo sé que has venido. Lloro de placer.

Estás conmigo. Has vuelto y estás conmigo. No quiero decirte cuanto te quiero. No sé como decirte que te quiero. Te cojo fuerte, siempre más fuerte. Quisiera atarte a mí. Quisiera despertarme cada día, cada mañana con tu sonrisa. Y quiero que seas libre. También libre de irte sin decirme nada. En silencio. Como has venido. Y abro la puerta de mi alma por que tu pueda salir. Pero no quiero que salgas. Quiero que te quedes conmigo. ¿Tengo lo que buscas? ¿Tengo lo que te hace feliz? Te muerdo la espalda. Te quiero. Dios sólo sabe cuánto te quiero. Y bajo por las calles. Y pinto las paredes. Y me lleno de ti. Y te hablo de economía. Y me hablas de política. Y soñamos la eterna Argentina. Ciao piba, come va? ¿Ti ricordi de la última vez que nos hemos reído juntas? ¿Te acuerdas de mí? Te enciendes un pitillo. No hablamos. Quieres que sea así. Quiero que sea así. Vivías a tres calles de mi casa. Me llamabas cada vez que te pasaba algo. Me llamabas para verme, para decirme que era un día de sol y querías que lo supiera. Me llamabas para sonreír conmigo, principessa.

Preparo mi mochila y voy a Lisboa. In autostop. Luego vuelvo a Madrid. Y voy a Londres, París, Barcelona, a donde sea… ¿quieres que te lleve conmigo? Eres el amor de mi vida. Te asustabas cuando te lo decía. Pero sabías que era capaz de pintar todas las paredes de todas las calles del mundo para decirte que te quiero. Y no estamos en un campo de concentración pero da lo mismo. Es un día de sol y tú me acaricias el pelo principessa. Y en Roma te esperaba en el aeropuerto para hacerte una sorpresa… te acuerdas, piba? Había viajado en autostop para verte. Había dejado mi pueblo, mi playa, la librería de mi hermano, los gritos desesperados de mi madre y la compañera vasca para ir a verte. Y en Florencia, en Florencia no tenía dinero para subir hasta la Cúpula de Michelangelo pero te quería, piba, ¿Lo sabes que te quería, verdad?

Tu lengua ahora busca la mía. Mi alma está llena de ti. Me tocas el culo por las calles. Mi regali una notte piena d’amore. Non dici nulla. Ti aspettavo. He tragado el placer de tu placer. Lo tengo conmigo. Te llevo conmigo. Preparo la mochila. Me muerdes la espalda. Me despierto con tus dedos entre mi alma. Es un placer que no tiene placer. Has vuelto. Te esperaba. Puedes irte donde te dé la gana. No te pregunto por qué has vuelto. No te pido que te quedes conmigo. Te pido sólo que me sonrías. Me miras. Me muerdes los labios. Me acaricias la espalda.

Hoy es un día de sol, principessa, y cuando es un día de sol pienso en ti. Siento que quieres irte. No sé porqué me estabas buscando. Quizás has venido a verme simplemente para decirme que hoy es un día de sol, y cuando es un día de sol tú también piensas en mi.Me despierto en una playa desierta. No sé donde estás. Te has ido. Tengo ganas de verte. Te busco dentro el mar. Dentro mi mar. Dentro mi cuerpo. 

This entry was posted in glenda. Bookmark the permalink.