Sole
Sole tenìa quince años. Y muchas ideas en su cabeza. Un sàbado por la tarde bajò a buscar a sus amigas para ir a una mani. Llevaba un pañuelo azul en la cabeza. Y un panfleto en el bolsillo. Los jueces ingleses estaban juzgando a Pinochet. Madrid estaba en fiesta.
La gente salìa de compra invadiendo la ciudad…
Crucé su mirada cuando se entonaba una canciòn chilena. Cantamos juntas. Sole me sonreìò.
Conocìa a su hermana. Por eso se me acercò.
Vi de repente mis años pasados en el pueblo. En el sur del sur Italia… mis viajes en autostop, mi deseo de vivir la vida, de cambiar el mundo … ocupaciones de casas, de calles, de Universidades… noches enteras pasadas a la espera de liberaciones de amigos, de presos polìticos…
Vi sus ojos que me sonreìan.
Pensé en el ejército invasor chileno, en el golpe de Estado de Pinochet, en la tragedia de la guerra civìl española, en la revoluciòn china, rusa, nicaragüense… pensé en las feministas italianas que ocupaban casas y centros sociales… en el pueblo palestino e irlandés que luchaba por su independencia… pensé en mi necesidad de dejar el pueblo, de vivir una vida diferente, de realizar mis sueños de libertad… en mis años pasados en la Facultad de Polìtica de Bolonia… pensé en su vida, en su barrio, en su ansia de coger un autobùs, de buscar a sus amigas, de manifestarse por la calle… pensé en sus ojos, en su sonrisa, en el azul de su pañuelo…
Sole se levantò a saludarme… estaba sentada en el suelo… escuchaba con sus amigas el discurso de las Madres de Plaza de Mayo… sentì la fueza y el candor de sus años… su pasiòn por la vida… su deseo de luchar por un mundo diferente…